martes, 28 de agosto de 2012

Si pudieras diseñarte a ti mismo...¿Te resistirías a ser perfecto?


Es mejor no poder decidir tu vida; ni tus virtudes , ni tus defectos...el juego sería  menos interesante.


El negocio biotecnológico ya se atreve con el ser humano. Después de probar suerte en el sector agropecuario, la biotecnología se plantea alcanzar, en breve plazo, un objetivo hasta ahora sólo vislumbrado en las piezas fantaciéntificas más visionarias. En este capítulo de Redes, Gregory Stock, especialista en prever los desarrollos de la biotecnología, explica a Punset que estamos dando los primeros pasos para manipular nuestros genes, no solo para evitar las enfermedades, sino para mejorar nuestra especie.



"Ahora decimos que es mejor tener un amigo. Pero qué pasaría si pudiéramos tomar unas pastillitas que nos lo dieran todo, todas las sensaciones beneficiosas que nos da un amigo y fueran facilísimas de tomar, sin las molestias de forzar una amistad o lo que sea."
Gregory  Stock

No acaban de leer un dialogo de una escena de ninguna película apocalíptica, en la que el típico científico loco quiere jugar a ser dios. Acaban de leer una fragmento de unas declaraciones oficiales del experto en biotecnología Gregory Stock en la entrevista de Eduard Punset en el programa de Redes , a la que pueden acceder a través del enlace anterior.

En dicha entrevista se trata sobre un tema crucial con uno de los "estandartes" de los avances en tecnología biológica. Stock no solo pretende aplicar los avances en dichas tecnologías a la prevención o cura de enfermedades sino a la "mejora" del rendimiento humano.No obstante, el considera también que uno de los grandes retos del futuro será el reparto justo e igualitario de estos recursos "tecnológico-sanitarios". Sin embargo, ¿no se por qué?, una persona que ha pronunciado palabras tales como las de la cita anterior no me infunda demasiada confianza. Y me crea estupor que el futuro de la humanidad este en manos de científicos con estas ideas.

No se trata de una paranoia de este servidor. Si fuera así no habría nacido un nuevo ámbito filosófico como es la joven "Neuroética". Concretando, nacida en 2002, en un congreso organizado por la fundación "Dana" , interesada por las neurociencias. Dicho congreso y el debut de este nuevo saber surgen necesarios ante los últimos avances en la biotecnología aplicada al ser humano. Su función será evaluar la moralidad y ética de todos los experimentos y asegurar que los mismos no violan derechos humanos como la conciencia del yo o la libertad.

Pero no me extenderé en los profundos e interesantes debates de la Neuroética, que sin duda ocuparé en otros artículos. Una vez justificada mi crítica a este científico llamado Gregory, comentaré concretamente, esta entrevista en profundidad.


La gobalización está convirtiendo al mundo en una estructura mayor, global,  de escala planetaria que tiene un potencial fabuloso. Dicha transición evolutiva, impulsada por las tecnologías y las comunicaciones, es comparada por los psicobiológos con otro punto de inflexión en la evolución como la agrupación celular hace 300 o 400 millones de años, en el sentido de que esta transmisión tan veloz y sistemática de los conocimientos entre distintas partes del mundo pudiera suponer un antes y un después en la humanidad al igual que lo fue la re-agrupación celular o la escritura no hace tanto tiempo. En definitiva, es un hecho palpable que nos estamos convirtiendo en personas con muchos mas recursos a nuestros alcance y sobre todo con una actualización y mejora constante de dichos recursos, lo cual hace inútil cualquier predicción futurista sobre cómo podrá adaptarse el ser humano a dichos modelos de vida. No obstante la filosofía bien justifica que lo desconocido no debe implicar un cese en la búsqueda de la verdad, por muy utópico que sea encontrarla.


Esto mismo debe pensar nuestro Punset, porque cada pregunta que hacía a Stock era lanzada desde una perspectiva moral o ética. Punset siempre le pregunta por qué consecuencias tendrían los avances de la denominada tecnología de selección germinal (germinación de células, primera célula en un organismo). Punset abala con datos el "pesimismo"  en la sociedad, el miedo ante esta tecnología que supuestamente beneficiará al ser humano . Punset comenta como muchos expertos creen que estos avances dividirán a las personas entre los que han sido mejorados y los que no han sido mejorados.


Ante esta ofensiva de Punset, Stock le contesta lo siguiente:

" si realmente empezamos a comprender como influye la biología a nuestro potencial, a nuestro temperamento, a nuestras vulnerabilidades querremos poder elegir para nuestros hijos"

Y es precisamente en esta declaración dónde Don Gregory muestra la arena de su castillo.Y más adelante vuelve a desvelar el fallo de su sistema:

“Estas tecnologías serán accesibles a mucha gente como han sucedido con otras muchas tecnologías”

Y seguía:

“Ahora mismo cualquier persona puede tener a su disposición dispositivos tecnológicos que superan con creces la mayor tecnología que podía adquirir el hombre más rico del mundo hace 20 años”

Y aquí viene la guinda:

“Resultados: beneficio del ser humano: mitigarán y reducirán las enfermedades, aumentaran el rendimiento y disminuirán las desigualdades.



¿La guinda? ¿Porqué el sarcasmo?. Está científicamente comprobado que si se pudieran llevar a cabo estos avances de reconfiguración genética podrían evitarse enfermedades hereditarias cómo la diabetes, el síndrome de Down, la leucemia, el asma, el cáncer,etc.¿Porqué entonces?.¿No es algo bueno reducir enfermedades? Les diré por qué.

Porque el problema es que si el ser humano contara con las herramientas necesarias para manipular los genes, aquello que nos hace ser como somos tanto en cada centímetro de nuestra piel como en cada matiz de nuestra personalidad, dudo que la naturaleza ambiciosa humana nos hiciera capaces de establecer la frontera entre "enfermedad y aspecto mejorable". Y la mejor prueba de ello es que incluso antes de poder llegar a tener la certeza de poseer tal poder, estos científicos ya no solo hablan de curar enfermedades sino que solo una palabra, una coma después,  hablan de "aumentar el rendimiento" y "reducir las desigualdades". Y es que la diferencia entre estos dos elementos y enfermedad es tan relevante como controvertida. Es una gran brecha ética, que como he comentado en artículos anteriores, adquiere una gran relevancia, si se trata , sobretodo, de enfermedades mentales, dónde la frontera entre estar loco (enfermo mental) y no estarlo no existe. Es un continuo.

Ya hay proyectos neurobiotecnológicos que demuestran ser capaces de mejorar la memoria en niños. A esto se refiere Stock con aumentar el rendimiento.

Y es que, efectivamente, cómo dice, esto reducirá las desigualdades. Porque como él bien dice "querremos poder elegir para nuestros hijos". En esto no se equivoca. Que padre se negará a satisfacer su instinto innato de darle lo mejor a sus hijos. Ninguno.De hecho  ya preveo un "tonto el último". ¿Acaso no lo hacemos en las rebajas de centros comerciales?. Pues si salen al mercado paquetes tales cómo" tenga unos ojos azules", " maxmemory 2.0, para alumnos ambiciosos","¿Cansado de que le falten al respeto en el trabajo?Personalidad de líder 7.1" ya puedo atisbar eslóganes cómo " no sea tonto y desperdicie las ofertas de ser mejor que el vecino".Y es que El mundo feliz que pintaba Aldous Huxley está mucho más cerca de lo que creemos.

Por tanto, ahí esta el fallo de la teoría de Stock. En creer que la igualdad y el bienestar absoluto de la persona beneficiará a la raza humana. Quizás beneficie a la persona. Pero no a la especie. Conceptos muy distintos.¿Porque será que todo el mundo considera que vivimos en una sociedad individualista?. Sin embargo nadie hace nada por evitarlo, por que realmente su vida es más cómoda. Saben que las personas están mejor , ven lo proximal y algunos se dan cuenta de que la especie empieza a cojear por algún extraño motivo, lo distal.¿No serán los avances?
Yo no estoy en contra de tecnologías que mejoren la salud del hombre, tecnologías que puedan curar o evitar enfermedades. Estoy en contra de darle al ser humano las herramientas para crear un montón de seres idénticos (todos listos, todos guapos, todos ojos azules, todos extrovertidos...etc) sin nada que les diferencie entre ellos, sin nadie especial , sin nadie distinto en quien verse reflejado, es decir; sin amigos y sin pareja. Y no lo digo yo, lo dicen muchas teorías de la naturaleza humana, como por ejemplo,aquella que considero la obra que mejor define la naturaleza humana, aquella de la que extraje cierto fragmento en otro artículo.Me refiero a "La negación moderna de la naturaleza humana" a pensadores como Steven Pinker me remito:

Nuestros familiares más cercanos ocupan un lugar especial en nuestro corazón solo porque el lugar de todos los demás seres humanos, es por definición, menos especial, y hemos visto muchas injusticias humanas tienen su origen en eso hecho. Asimismo, la fricción social es un producto de nuestra individualidad (peculiaridades, lo que nos diferencia, lo que nos aísla) y de nuestra búsqueda de felicidad.

Pero Pinker no solo se queda en la importancia de las diferencias en el temperamento para poder seguir siendo los seres sociales y libres que somos. Sino que va más allá y exponiendo en toda su obra argumentos y contraargumentos de muchos científicos y pensadores llega a esta conclusión:

[...]

No existiría el enamoramiento, porque no habría compañeros alternativos entre quienes escoger, y enamorarse sería un inmenso despilfarro. Uno querría a su compañero literalmente como a sí mismo, pero ahí está la cuestión: uno no se quiere a sí mismo, excepto metafóricamente; uno es él mismo. Los dos serían, en lo que la evolución se refiere, una misma carne, y sus relaciones estarían gobernadas por una fisiología mecánica [...].Uno podría sentir dolor si observara que su compañero se corta, pero nunca se desarrollarían todos los sentimientos que tenemos hacia nuestra pareja y que hace tan maravillosa la relación cuando funciona bien ( y tan dolorosa cuando no funciona ).Aun en el caso de que la especie los tuviera cuando la pareja inició ese modo de vida, la selección  natural los eliminaría, como eliminó los ojos del pez que vive en las marismas más profundas, porque serían un alto coste y no reportarían un beneficio alguno.


Lo mismo ocurre con los sentimientos que tenemos hacia nuestra pareja, familia y nuestros amigos: la riqueza e intensidad con la que los albergamos en la mente son la prueba del valor y la fragilidad que esos lazos tienen en la vida. En resumen, sin la posibilidad de sufrir, lo que tendríamos no sería una dicha armoniosa, sino que, al contrario, careceríamos por completo de lo que nos hace humanos; la empatía y la conciencia.

Steven Pnker. La negación moderna de la naturaleza humana.



Stock no solo habla de enfermedades, habla de vulnerabilidades. Vulnerabilidades que todo humano tiene. Stock no habla de curar, habla de mejorar el rendimiento. Habla de un completo bienestar, habla de una total igualdad, habla de una ausencia de sufrimiento que paradójicamente acabará siendo nuestra tumba.

Y por último una gotera más de la teoría de Stock es considerar y preveer, muy bien previsto dicho sea de paso, que las tecnologías serán accesibles a todos. El simple hecho de plantearse está pregunta está desvelando que Stock no aspira hacer de las técnicas de selección germinal una "vacuna contra enfermedades genéticas" (que no sean accesibles sino que se le suministren cual intervención quirúrgica a quien verdaderamente lo necesite sin plantearse la accesibilidad) . Plantearse la accesibilidad demuestra que Stock no aspira a hacer de las técnicas genéticas  una cura sino un producto.

Se nota, de nuevo, que es un tipo inteligente con el comentario de:

" Ahora mismo cualquier persona puede tener a su disposición dispositivos tecnológicos que superen con creces la mayor tecnología que podía adquirir el hombre más rico del mundo hace 20 años"




Pero esto no es más que una consecuencia más de convertir esos avances en un producto comerciable. Por supuesto que ahora mismo todos tenemos en nuestros smartphone aplicaciones que no tenia Bill Gates en su ordenador hace 50 años. Pero también es cierto que cada mes nuestro vecino tiene un terminal mejor que el nuestro, cada día un país tiene mejores ordenadores que los que todavía no se han importado al nuestro. Es decir, la brecha de la que habla Punset entre humanos mejorados y no mejorados es inevitable. A no ser que al ser humano le deje de importar comprarse un nuevo smartphone. A no ser que al ser humano le deje de importar cosas que realmente no necesita.Hasta que eso no pase, todos caerán producto de la presión de grupo, cual fichas de dominó en el momento que la ciencia saque al mercado técnicas con un poder tan grande, tan grande como para convertir a las personas en presos de una igualdad y perfección absurdas que jamás les darán la felicidad. Pero esta vez no estarán jugando con materiales, estarán jugando con sus propias habilidades, gustos, personalidades y sentimientos. Estarán jugando con esas diferencias, de las que habla Pinker, que dotan de sentido la vida de un hombre.

Estamos llegando al umbral de una gran toma decisión que marcará el futuro. Estamos llegando a un punto de inflexión que bien puede ser el fin del mundo pronosticado por los mayas para 2012. Quizás no el fin del mundo. Pero si algo peor, el fin de la humanidad. Porque al igual que la religión maya, todas las religiones son metafóricas , con puntos en común (o punto en común) y una moraleja, que es lo único que debe importarnos. Quizás ahora empecemos a recordar de que cuento salen frases como "Siempre habrá pobres y siempre habrá pobreza" o "Los últimos serán los primeros". Ah ya me acuerdo, el cuento se llamaba Biblia. Pero no le hagan demasiado caso, no sean infantiles, como llama Stock a Punset, no se tomen demasiado en serio los cuentos.Son solo eso, cuentos.




Jesús García Muñoz.


El secreto evolutivo del orgasmo femenino


¿Cúal es la función desde una perspectiva biológica de que una mujer tenga un orgasmo? Después de larga controversia, parece que existe cierto consenso en que las mujeres tienen orgasmos para manipular con qué hombres procrean.


El orgasmo masculino es conspicuo, casi inocultable, y condición sine que non de la reproducción humana, un ave poco misteriosa para la biología. Pero en una ciencia tradicionalmente dominada por los hombres, los secretos del orgasmo femenino se han ocultado históricamente, a veces relegados a un apéndice biológico, a veces objeto de una fascinación incomprendida. La pornografía ante este misterio movió en los setenta la ubicación del orgasmo de la zona genital al rostro -paralelamente algunos biólogos evolucionistas pensaban que la función del orgasmo femenino tenía que ver con detonar bioquímicos y emociones que reforzaban los lazos de pareja propiciando la confianza y la fidelidad en torno a un hombre.

Otros científicos como Stephen Jay Gould creen que el orgasmo femenino no tiene ninguna función evolutiva, es un accidente del clitoris -como pene no desarrollado-.

Pero recientemente psicólogos evolucionistas han propuesto la teoría más firme de la función orgásmica femenina: es una sofisticada adaptación que le permite a las mujeres manipular -aunque sin su propio conocimiento- cuál de sus amantes fertilizará su óvulo.

Desde los sesenta, la literatura médica, recoge el caso de un marinero el cual tuvo sexo con una mujer que al tener un orgasmo la contracción de los músculos vaginales succionó el condón a su canal cervical. Prematuramente los doctores concluyeron que esto se debía a que los orgasmos femeninos jalan el esperma hacia el óvulo.

Pero sólo fue hasta hace un par de años que los biólogos británicos, Robin Baker y Mark Bellis, probaron esta hipótesis. Después de registrar el tiempo de orgasmo en más de trescientas relaciones sexuales, y tomando la eyaculación masculina del flujo vaginal, descubrieron que cuando una mujer llega al orgasmo un minuto  antes o hasta 45 minutos después de que su pareja eyacule, retiene mayor cantidad de esperma que si no tiene un orgasmo. Cuando su orgasmo precede más de un minuto al de su pareja retiene poco esperma.

Por otra parte los psicólogos Randy Thornhill  y Steve Gangestad de la Universidad de Nuevo Mexico en Albuquerque, han probado la perferencia sexual de las mujeres identificando que las mujeres prefieren a los hombres cuyos rostros y cuerpos exhiben mayor simetría. Existe evidencia médica de que las personas simétricas tienen también sistemas inmunológicos más sanos que sus contrapartes asimétricos.


Thonhill y Gangestad hicieron pruebas en este sentido y encontraron que las mujeres reportan tener una mayor frecuencia de orgasmos con hombres “simétricos” independientemente de si tienen o no una relación de pareja.

El estudio también arrojó un descubrimiento interesante. Existe una correlación entre fingir un orgasmo y flirtear con otros hombres, al menos en este estudio, lo que  podría indicar que fingir orgasmos es la forma más fácil que tiene una mujer con varios amantes de evitar la sospecha de su pareja, dándole seguridad a través de su “orgasmo”.

En conclusión se podría decir que las mujeres tienen orgasmos con mayor frecuencia con parejas simétricas, como una forma de incrementar su posibilidad de tener los hijos de estos hombres que tienen mejores genes. Reiteradamente quien se asoma a la biología nota que aunque desde la óptica del cerebro parece que somos nosotros los que llamamos las jugadas, son los genes los que en realidad manipulan el destino de este juego.





Beber alcohol aumenta tu esperanza (y calidad) de vida


Por fin el tan satanizado alcohol ha puesto en jaque a aquellas personas que dudan de sus poderes sociales. Un reciente estudio reveló que ingerirlo moderadamente ayuda a que tu esperanza de vida aumente de manera significativa.



La vida está repleta de contradicciones y de moldes que limitan la elevación de la conciencia. Un estudio recientemente publicado, muestra que los bebedores regulares tienen menos probabilidades de morir prematuramente que las personas que se abstienen totalmente de ingerir alcohol.

 Más de 1800 individuos fueron analizados durante sus últimos 20 años de vida para conocer sus hábitos, sus creencias, su posición económica, entre otros factores, a fin de determinar la contradictoria respuesta que reveló el estudio. Sólo el 41% de los bebedores moderados murieron prematuramente en  comparación al 69%  de los no bebedores que fallecieron de igual manera.
 
Los científicos justifican los datos del estudio con la facilidad que los bebedores tienen, en comparación a los abstemios, para entablar relaciones sociales que contribuyen a una salud mental y emocional satisfactoria, incluso se ha demostrado que los no bebedores tienen más propensión a deprimirse, además de los beneficios a la salud que conlleva la ingesta de alcohol, como la reducción de la presión arterial y la buena circulación.






Puedo estar borracho pero no me he perdido...


Creer en el dualismo entre mente y cuerpo es malo para la salud, revela estudio


Nuestra relación con nuestro cuerpo está determinada por como nos pensamos. O creemos que nuestro cuerpo es una masa independiente de nuestra mente, o creemos que la mente y el cuerpo en realidad son indivisibles, un mismo proceso integral  interdependiente. Este dualismo filosófico parte de Platón que consideraba que el cuerpo era una entidad salvaje (como un caballo) que debía y podía ser controlado por el alma (o psique) que era el jinete de las pasiones. De esta idea parte tiempo después el racionalismo cartesiano que tajantemente definió a la mente como la entidad suprema en este binomio — y así el cuerpo se ve reducido a una posición marginal y hasta prescindible. Y toda la filosofía del cuerpo, todo su cuerpo de conocimiento (la intuición, el instinto, las emociones) son opcadas por la luz de la razón, el arma preponderante del cerebro.

Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Colonia sugiere que esta creencia dualista entre el cuerpo y la mente afecta la salud de los creyentes. Estas personas que consideran que la mente y el cuerpo son dos entidades separadas mostraron una tendencia a comer menos saludable, ejercitarse menos y en general una actitud más descuidada en términos de lo que se considera saludable.

Los investigadores creen que las personas que tienen estas creencias dualistas le dan menos importancia a su cuerpo y tienen una mayor tendencia a incurrir en comportamiento poco saludable –el cuerpo es visto en última instancia como un vehículo desechable que solamente ayuda a la mente a interactuar con el mundo físico. Hay posiblemente una especie de divorcio, en realidad una esquizofrenia, entre ser el que piensa y el que siente.  Y por lo tanto no se toman decisiones o no se resuelven operaciones “mentales” con los sentimientos.

Los investigadores creen que la evidencia apunta a una relación bidireccional en la  que  las creencias metafísicas de unidad entre cuerpo-mente, en cambio, pueden servir como una herramienta cognitiva para lidiar con ciertas enfermedades.

En un artículo pasado analizamos cómo este dualismo entre mente y cuerpo es responsable de una medicina atomista que trata las enfermedades como fenómenos locales, separados y que pueden ser tratados independientemente sin considerar ni afectar el organismo entero. Esto resulta también en la excesiva medicación de poderosos fármacos que son recetados para tratar un problema en particular y que acaban teniendo efectos colaterales en otras partes del organismos, sin acabar con el problema de fondo que buscaban tratar, el cual generalmente se trata de un fenómeno mente-cuerpo, donde la manifestación física es indisociable de un proceso psíquico inatendido.

No quisieramos decir soberbiamente que la unidad del cuerpo-mente es una verdad absoluta o una forma de concepción del mundo superior. Simplemente parece ser que es una forma de ver el mundo que, desde la psicología y la medicina (ciencias cuya integración sería un siguiente paso lógico en la evolución epistemológica), es más efectiva ya que provee una herramienta más poderosa para  relacionarse con el mundo y operar cambios sobre el mismo (porque al no estar dividada la mente del cuerpo, la mente puede naturalemente actuar sobre el cuerpo) . Generalmente se critica a las personas que piensan con otra cosa que con el cerebro –con el pene, con el corazón, con las tripas, etc.– pero, ¿acaso usar solamente una pequeña parte del cuerpo para procesar información, tomar decisiones y ejercer una volición no sería mucho menos inteligente que usar toda una serie de órganos y aparatos de percepción. Ciertamente la razón, y es la misma neurociencia la que lo dice, es una perspectiva limitada e incompleta para entender el mundo y experimentar el misterio de la vida. La hiperestesia, la claridad perceptiva, que a veces llega incluso a destellar en anomalías como la clarividencia o la telepatía, seguramente es una percepción integral, que se hace con todo el cuerpo y no con un reducto. Y es que el cerebro difícilmente puede contener a la inmensidad de la mente.





"Cuanto más imbuido esté un hombre en la ordenada regularidad de los eventos, más firme será su convicción de que no hay lugar —del lado de esta ordenada regularidad— para una causa de naturaleza distinta. Para ese hombre, ni las reglas humanas ni las "reglas divinas" existirán como causas independientes de los eventos naturales. De seguro, la ciencia nunca podrá refutar la doctrina de un Dios que interfiere en eventos naturales, porque esa doctrina puede siempre refugiarse en que el conocimiento científico no puede posar el pie en ese tema. Pero estoy convencido de que tal comportamiento de parte de las personas religiosas no solamente es inadecuado sino también fatal. Una doctrina que se mantiene no en la luz clara sino en la oscuridad, que ya ha causado un daño incalculable al progreso humano, necesariamente perderá su efecto en la humanidad. En su lucha por el bien ético, las personas religiosas deberían renunciar a la doctrina de la existencia de Dios, esto es, renunciar a la fuente del miedo y la esperanza, que en el pasado puso un gran poder en manos de los sacerdotes. En su labor, deben apoyarse en aquellas fuerzas que son capaces de cultivar el bien, la verdad y la belleza en la misma humanidad. Esto es de seguro, una tarea más difícil pero incomparablemente más meritoria y admirable." Albert Einstein


Fuente: http://pijamasurf.com/2012/08/creer-en-el-dualismo-entre-mente-y-cuerpo-es-malo-para-la-salud-revela-estudio/

Expertos advierten de que el 33% de los conductores sufre Amaxofobia o “miedo o ansiedad a conducir”.


Expertos advierten de que el 33% de los conductores sufre Amaxofobia o “miedo o ansiedad a conducir”. Las mujeres, de entre 30 a 40 años, son las principales afectadas por este trastorno.



Según recientes estudios, cerca de un 33% de las personas que conducen sienten miedo y ansiedad al hacerlo, aunque de una manera más o menos controlada. A este trastorno se le conoce como Amaxofobia, término proveniente del latín “amaxo”= carruaje y “fobia”= miedo. Este porcentaje, según explica Ildefonso Muñoz, Director de la Unidad de Psicología del Centro Médico USP Fuengirola, llega a alcanzar el 54% cuando nos referimos a los conductores que padecen algún signo de ansiedad, en diferentes grados, cuando se sientan delante del volante. “Afortunadamente solo un 4% de los conductores desarrollan un miedo tan incapacitante que les impide coger un coche”, apunta el experto.

La amaxofobia afecta más a las mujeres que a los hombres en una proporción de 2 a 1, el 64% de los afectados son mujeres frente a un 36% en el caso de los hombres. Por lo que respecta a la edad, el mayor porcentaje de afectados se da entre mujeres de entre 30 y 40 años. “Este dato puede responder al hecho de que las mujeres conducen con una mayor prudencia, están más alertas y esto les genera ansiedad. Sobre todo cuando llevan niños o personas a su cargo en el vehículo o cuando por circunstancias previas tienen una mayor predisposición a la ansiedad (circunstancias familiares, personales, laborales, etc.). En cambio, los hombres tienden a padecerla más cuando han ingerido alcohol o cuando están bajo tensión psicológica”, continúa Ildefonso Muñoz.

Por lo que respecta a los factores externos que influyen en el miedo a conducir, el experto señala los siguientes:

- Mala climatología

- Densidad del tráfico

- Nocturnidad

- Poco o nulo conocimiento de la vía o carretera por la que se conduce

La sintomatología que presentan las personas aquejadas de amaxofobia puede resumirse en lo siguiente:

- Ansiedad e incluso angustia.

- Pesadillas anteriores e incluso posteriores al viaje.

- Sudor de manos.

- Temblores.

- Molestias estomacales.

- Visualización mental de accidentes.


“Las causas que originan dicho trastorno son muy variadas y dependen de cada caso aunque se pueden englobar en dos grandes bloques: como consecuencia de un estrés postraumático, es decir, tras haber presenciado o sufrido un accidente de tráfico; o que tengamos un trastorno de tipo ansioso anterior a la fobia, donde las manifestaciones físicas (palpitaciones, temblores, mareos, etc.) y psíquicas (nerviosismo, ideas negativas y catastróficas, etc.) se manifiestan mientras conducimos y hace que toda la tensión anterior”, explica Ildefonso Muñoz.
El Director de la Unidad de Psicología de Centro Médico USP Fuengirola, por otra parte, se refiere a la actual situación económica y laboral como causa del aumento de los trastornos de componente ansioso. “En líneas generales, podemos decir que hay un mayor número de personas estresadas, nerviosas y tensas, con unos niveles de angustia y pesimismos muy elevados lo que genera una sintomatología física muy parecida a la de los ataques de pánico que si se producen mientras conducimos, crean esta aversión a conducir. También determinados tipos de personalidades, como personas poco seguras de sí misma, con muchos miedos o con autoestima baja suelen ser más propensas a padecerlo”, apunta el experto.

Respecto al tratamiento, dependerá de la causa que ha provocado la amaxofobia y que lo está manteniendo. “Para combatir la amaxofobia, intentaremos eliminar toda esa ansiedad que presenta la persona y que puede llegar a incapacitarla para la conducción de una manera gradual y mediante aproximaciones programadas con el paciente. De igual forma, trabajaremos con el paciente para controlar todas las ideas negativas e irracionales que pueda tener sobre conducir y le convenceremos de que estar en el coche no es la causa de su sintomatología ansiosa. Se suelen realizar ejercicios de respiración, detención del pensamiento negativo e irracional y refuerzo positivo”, concluye Ildefonso Muñoz.


“Para ser felices debemos vivir de acuerdo a nuestros valores y huir del autoengaño”



El Director de la Unidad de Psicología de USP Marbella, y experto en formación en Habilidades y Desarrollo Personal, Antonio de Dios González nos ofreció claves para afrontar un nuevo curso con ilusión y sobre todo “más libres y felices”. Una de las quejas más frecuentes que las personas traen a la consulta es el sufrimiento o el daño que los demás les provocan, sin darse cuenta de que sus emociones les pertenecen y, por tanto, nadie tiene poder para hacerles daño a no ser que ellas se lo permitan” explica Antonio de Dios.

En opinión del experto, la felicidad se consigue y se mantiene progresivamente y tiene como principales aliados a la libertad y al respeto a nuestros propios valores y principios. Por el contrario, su principal enemigo es el autoengaño y la autojustificación.

“Ser felices no es conseguir un objetivo lejano sino un proceso diario que se basa en una serie de principios, por una parte tener unos objetivos vitales sintonizados con nuestros talentos y nuestra misión en la vida, por otra vivir la vida de acuerdo a los valores que sean más importantes para nosotros. Quizá no tenemos poder sobre las conductas de los demás, pero si tenemos un control absoluto sobre lo que nosotros hacemos y cuando somos fieles a nuestros principios podemos caminar este camino, a veces tortuoso, que es la Vida con la satisfacción de estar honrando aquello que es más prioritario para nosotros” apunta De Dios.

Según Antonio de Dios, uno de los mayores problemas de nuestra sociedad es el autoengaño y la gran cantidad de energía que consumimos justificando las cosas que hacemos y que están en contra de nuestros valores. “En más de una ocasión nos sorprendemos a nosotros mismos en la paradoja de estar haciendo justo aquello que criticamos en los demás, pero en vez de invertir nuestro esfuerzo en cambiar lo gastamos culpando a los demás de algo que es enteramente nuestra responsabilidad. Esto tiene un problema añadido, cuánto más culpamos a los demás de cómo nos sentimos más les damos a ellos las riendas de nuestra vida y menos poder percibimos que tenemos sobre cómo nos sentimos” concluye el psicólogo.




Hay caminos que hay que andar descalzo





16 añitos




Fuente: 

http://www.noticiasmedicas.es/medicina/noticias/12739/1/Para-ser-felices-debemos-vivir-de-acuerdo-a-nuestros-valores-y-huir-del-autoengano/Page1.html

La situación económica, principal motivo de las consultas al psicólogo


- Desde el comienzo de la crisis ha aumentado el número de consultas relacionadas con situaciones de desempleo, problemas económicos y laborales
- El 34% de los clientes que utilizan el servicio de atención psicológica de Sanitas Responde padecen depresión y el 30% ansiedad o estrés
- Más del 80% de los clientes que solicitan ayuda profesional son mujeres



Preocupación, tristeza y angustia son algunos de los síntomas que presentan las personas que deben enfrentarse a problemas derivados de una situación económica adversa. El desempleo, la incertidumbre y la falta de recursos influyen negativamente en el bienestar psicológico de las personas generándoles depresión, ansiedad y estrés. Así lo ha constatado el equipo de psicólogos responsables del programa de atención psicológica de Sanitas Responde, que ha visto aumentado el número de personas que recurren a este servicio desde el comienzo de la crisis.

“Hemos detectado un aumento significativo de personas que presentan síntomas como abatimiento, tristeza, frustración o angustia, asociados a situaciones de desempleo, problemas económicos o laborales”, explica la doctora Clara Esteban, directora Médica del Servicio de Promoción de la Salud de Sanitas. Pero muchos de los que deciden buscar ayuda profesional desconocen qué les está ocurriendo exactamente, y “el peligro para estas personas es que se dejen llevar por el desánimo general que existe en la sociedad y no den importancia a los síntomas que presentan, que podrían resolverse con la ayuda adecuada”, advierte la doctora Esteban. El equipo de psicólogos de Sanitas Responde les ayuda a poner un nombre concreto al trastorno que padecen a partir de los síntomas particulares que presenta cada persona.

Depresión, estrés y ansiedad son los trastornos más frecuentes


La depresión es el trastorno que más afecta a los clientes que utilizan el servicio telefónico y online de atención psicológica de Sanitas Responde (34%), y se detecta más en mujeres (87,3%) que en hombres (13%).

Por edades, apenas un 4% de las personas menores de 40 años sufre esta condición psicológica, mientras que casi el 65% de los clientes mayores de 60 años que hacen uso de este servicio presentan síntomas depresivos. Entre las causas que los provocan se encuentra el deber que sienten estas personas de ayudar a los miembros de su familia que se encuentran en una situación económica difícil.

Las noticias negativas acerca del contexto económico, entre otras causas, también generan estrés y ansiedad. En concreto, 3 de cada 10 clientes que deciden ponerse en manos de los profesionales de este servicio de atención psicológica de Sanitas Responde, manifiestan síntomas de una de estas dos patologías.

El estrés sigue afectando en mayor medida a las mujeres: 85,5% frente al 14,5% de los hombres; y por edades, también afecta en mayor medida a los mayores de 60 años (36,3%) que a los menores de 40 (14,5%).

El objetivo: alcanzar el equilibrio emocional y mejorar la calidad de vida

En general las mujeres recurren más que los hombres al servicio de atención psicológica: mientras casi 83% de las mujeres deciden buscar ayuda para solucionar su problema, sólo 17,4% de los hombres dan ese paso. Por edades, más de la mitad (50,6%) de las personas deciden ponerse en manos de los profesionales de Sanitas Responde son mayores de 60 años, frente al 9,4% de los clientes menores de 40 años.

La doctora Clara Esteban subraya la importancia de la salud emocional y afirma que “para lograr el bienestar y equilibrio mental, emocional e incluso físico es imprescindible que la persona tenga una actitud positiva, porque ésta le ayudará a ver una situación de crisis como un cambio que puede dar lugar a nuevas oportunidades”. Para la directora Médica del Servicio de Promoción de la Salud “el apoyo de un psicólogo puede ayudarnos a alcanzar ese equilibrio emocional y, por lo tanto, mejorar nuestra calidad de vida”.

El equipo de psicólogos de Sanitas Responde ofrece a los clientes que utilizan el servicio de atención psicológica información, apoyo, escucha activa de sus preocupaciones y las herramientas necesarias para conocer y mejorar su estado de salud.

Fuente: http://www.noticiasmedicas.es/medicina/noticias/15858/1/La-situacion-economica-principal-motivo-de-las-consultas-al-psicologo/Page1.html

Resveratrol. ¿Futuro elixir de la juventud?


La universidad de medicina de Harvard ya demostró que beber vino tiene muchos beneficios para contrarrestar el envejecimiento. Ahora investigan con una píldora que podría darnos las mismas ventajas que el vino pero sin dañar nuestro hígado.


Se sabe que una moderada ingesta de vino tinto puede disminuir notablemente futuros problemas cardiacos. Pero para conseguir algo más que prevenir problemas cardiacos, por ejemplo, ampliar nuestra esperanza de vida, hacen falta algo más que dos “chatos” de vino. Concretamente deberíamos ingerir de 750 a 1500 botellas de vino al día para llegar a vivir más y mejor. Esa cantidad de vino al día es la que se necesitaría para completar la dosis diaria de “resveratol” (1,5-3 miligramos) necesaria para experimentar los mismos efectos beneficiosos que presentaron los ratones de un experimento de Harvard.

“Un trabajo publicado en la revista Nature, detalla los efectos del resveratrol, un compuesto natural que se encuentra en la piel de las uvas, en ratas de laboratorio. Los científicos aplicaron dosis muy elevadas de resveratrol en ratones obesos. Notaron varios efectos positivos en su salud, y también un incremento de su esperanza de vida.”

“Por supuesto, las pruebas se efectuaron sobre ratas y no sobre humanos. Debemos esperar los resultados de más pruebas, ya que algunas sustancias son beneficiosas en dosis pequeñas (como las vitaminas) pero si se consumen en cantidades elevadas pueden tener efectos negativos. Las pruebas de los efectos del resveratrol en el metabolismo humano estarán listos en aproximadamente un año.” 

Dr. Richard Hodes, director del Instituto Nacional del Envejecimiento.
David Sinclair, profesor de la Universidad de Harvard y referente de dicha investigación demostró cómo la molécula activa ciertas vías genéticas, o “genes reguladores” existentes  en toda forma de vida protegiendo a los organismos de un modo que los hace más sanos y que, probablemente, les prolonga la vida.

"Esas vías son como guardianes de nuestras células, conservándolas saludables y vivas durante más tiempo", declaró Sinclair. "Creemos que, utilizando fármacos dirigidos a esos genes, podemos obtener amplios efectos, no sólo para una enfermedad a la vez, sino para muchas. Imagine una píldora contra la diabetes que también retrase el cáncer, la enfermedad cardiaca e incluso las cataratas".

La investigación de Sinclair ha demostrado un incremento del 30 por ciento en la duración media de la vida de ratones y células de levadura, y un 59 por ciento de incremento en cierto tipo de pez de vida corta. En humanos, él cree que un 30 por ciento de incremento en la duración de la vida no es inconcebible.

No obstante, Sinclair matiza que la clave no es tanto poder vivir más tiempo, sino el conseguir que cuando uno tenga 90 años de edad se sienta como si tuviera 60.

Hay que tener en cuenta que las pruebas se efectuaron sobre ratas y no sobre humanos. El Dr. Richard Hodes, director del Instituto Nacional del Envejecimiento nos advierte  ante las “falsas promesas” que aparecen en algunos medios de comunicación que debemos esperar los resultados de más pruebas, ya que algunas sustancias son beneficiosas en dosis pequeñas (como las vitaminas) pero si se consumen en cantidades elevadas pueden tener efectos negativos. Las pruebas de los efectos del resveratrol en el metabolismo humano estarán listos en aproximadamente un año.

Las afirmaciones sobre el resveratrol realizadas en revistas, en televisión y en internet son llamativas. Por ejemplo, "Investigadores de Harvard dicen que el resveratrol es el Santo Grial de la investigación sobre el envejecimiento". También son citadas a menudo investigaciones realizadas por otras instituciones prestigiosas tales como la Universidad Johns Hopkins, el Instituto Salk, y la Universidad de California, para respaldar la noción de que el resveratrol es casi un elixir de la juventud. Pero el tema es más complejo de lo que parece, y está envuelto en fuertes polémicas.

¿Nuestros nietos tomarán una cápsula de resveratrol cada mañana y vivirán hasta los 100 años de edad sin tener que ver a un médico? ¿Debería adquirir usted un frasco de píldoras de resveratrol y comenzar a tomarlas ya?

De lo primero, nadie sabe la respuesta. Pero de lo segundo, la respuesta según bastantes científicos es no. No se han llevado a cabo estudios apropiados sobre el resveratrol en humanos. Parece, hasta ahora, que su consumo no encierra riesgos para la salud, pero sus efectos a largo plazo son todavía un interrogante. Cualquier sustancia que parezca hacer casi cualquier cosa y que pueda desempeñar papeles químicos opuestos merece estudios cuidadosos antes de que nos podamos fiar de ella. ¿Es buena o mala? ¿O ambas cosas? ¿O ninguna? ¿Si es beneficiosa, qué dosis necesita usted? Nadie lo sabe todavía.

Quienes comercializan suplementos de resveratrol advierten que cuanto más tardemos en comenzar a consumir sus productos, más desastrosos serán los resultados para nuestra salud, y también dicen que las grandes compañías farmacéuticas venderán diez veces más caro el resveratrol algún día. Si esto último llega a suceder, las grandes compañías farmacéuticas al menos habrán tenido que demostrar primero la seguridad y la eficacia del producto mediante estudios en humanos. Éste no es el caso de los actuales suplementos dietéticos, sobre los cuales sus fabricantes o vendedores pueden hacer afirmaciones dudosas sobre sus efectos beneficiosos para la salud sin tener que demostrarlas con prueba alguna.


Jesús García Muñoz

Fuentes:


domingo, 19 de agosto de 2012

Frankenstein: el origen de la Neuroética


En 2002 nace un nuevo saber, la Neuroética, en un congreso organizado por la Fundación Dana, interesada por las neurociencias. El congreso se celebra en San Francisco, con la asistencia de un buen número de especialistas, dispuestos a presentar en sociedad a la recién nacida, que tendrá por delante una apasionante tarea: no solo se ocupará de evaluar éticamente las investigaciones y las aplicaciones en neurociencias, sino también de tratar problemas fundamentales de la vida humana en los que está implicado el cerebro, como la libertad, la conciencia, el yo, la relación mente-cuerpo o las bases cerebrales de la moral.

Desde el congreso fundacional han aumentado exponencialmente las instituciones y publicaciones dedicadas al tema, llegando en ocasiones a la convicción de que la Neuroética es al siglo XXI lo que la Genética fue al XX, el gran reto que las ciencias plantean a la ética, ahora gracias al avance de las neurociencias.

Las neurociencias encarnan el sueño de la perfectibilidad del hombre.El abanico de aplicaciones que abre el nuevo saber es inmenso, pero de entre ellas una se ha convertido en el asunto estrella: el enhancement, la posible mejora de las capacidades humanas interviniendo en el cerebro, el perfeccionamiento de facultades normales, y no solo la curación de patologías. La perfectibilidad del hombre, el gran reto del siglo XXI, las virtualidades y los límites de conseguir hombres y mujeres mejores interviniendo en el cerebro.

¿No desearía usted que le insertaran un chip para hablar inglés sin necesidad de academias? ¿No querría recuperar aquella fabulosa memoria de la juventud? Si la nueva Genética preparaba el Mundo feliz que diseñó Aldous Huxley, las neurociencias permitirían encarnar por fin el sueño del doctor Frankenstein.

Porque según cuenta uno de los fundadores de la Neuroética, William Safire, el nuevo saber nació en realidad en 1816 con el Frankenstein de Mary Shelley. ¿Lugar? Villa Diodati, en los alrededores de Ginebra. Allí se han reunido Lord Byron, Shelley, Polidori y Mary, que más tarde llevaría el nombre de Mary Shelley. El mal tiempo les obliga a permanecer en la villa y deciden hacer la apuesta de escribir cada uno un relato de terror. Al finalizar la estancia solo Mary ha sido capaz de terminar ese relato Frankenstein: el Prometeo moderno, con el que, al parecer, y sin ella saberlo, nació la Neuroética.

Claro que contar de este modo la prehistoria del nuevo saber puede parecer disuasorio, que es un intento de prevenir contra las posibles consecuencias nefastas de la tarea prometeica de intentar crear hombres más perfectos, porque puede llevar a producir monstruos. Como ella misma confiesa, Mary había leído los trabajos de Erasmus Darwin, el abuelo de Charles Darwin, sobre la creación de la vida artificial, y los toma como base para su obra. Por eso, aunque empieza escribiendo una historia de terror, va pasando poco a poco a contar un relato sobre la perfectibilidad del hombre y acaba descubriendo que el presunto hombre más perfecto no es más que un monstruo. Se trataría a fin de cuentas de una novela educativa más, con una moraleja que convendría recordar en el siglo XXI, cuando las técnicas de neuroimagen permiten conocer más a fondo el cerebro y se hacen posibles intervenciones de mejora. Agitar el espantajo del monstruo de Frankenstein sería la forma de prevenir frente a esta nueva tarea prometeica.

Pero no es este el mensaje que encontrará en la novela de Shelley quien no solo lea el comienzo, sino que llegue hasta el final. Sin duda la criatura de Frankenstein es un hombre distinto de los conocidos, más perfecto en algunas de sus capacidades, pero, precisamente por eso, no puede encontrar a ningún semejante, nadie puede reconocerle como un igual en humanidad. Y el hilo conductor de la novela es la búsqueda desesperada de un igual en quien poder reconocerse, a quien poder estimar y de quien recibir estima. Al final del relato el monstruo maldice a su creador por haberle creado con un gran anhelo de felicidad y sin los medios para satisfacerlo: le ha dado grandes capacidades, pero no la posibilidad de encontrar a un igual con el que compartir vida y destino, no hay derecho a crear a un ser sin ofrecerle a la vez los medios para ser feliz.

Ese era en realidad el mensaje de Mary Shelley: que los miembros y los órganos de un ser humano, incluido el cerebro, pueden ser muy perfectos, pluscuamperfectos, pero nada garantiza que su vida sea una vida buena si no puede contar con otros entre los que saberse reconocido y estimado. "El ángel rebelde -dirá el monstruo de Frankenstein- se convirtió en un monstruo diablo, pero hasta ese enemigo de Dios y de los hombres cuenta en su desolación, con amigos y compañeros. Yo estoy solo".

Tal vez este debiera ser el mensaje de una Neuroética pensada en serio, prometedora en tan gran cantidad de posibilidades, cuidadosa de esa dimensión del reconocimiento mutuo sin la que la felicidad flaquea.

Tal vez sea ese el modo de superar el fracaso de Frankenstein en un proyecto de vida, no tanto más perfeccionada, como buena.

Adela Cortina , catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia.
17 de octubre de 2010 El País


miércoles, 15 de agosto de 2012

La naranja mecánica.Violencia y libertad humanas



La naranja mecánica, un reflejo de la violencia y libertad humanas.


La naranja mecánica, sublime film que no se anda con medias tintas y que nos invita a una profunda reflexión sobre el eterno debate de si el ser humano es malo o bueno por naturaleza. Y lo hace entre grandes dosis de violencia explícita de la mano de Alex De Large, su protagonista, quien lidera a una pandilla de jóvenes con ansias de practicar la delincuencia.

La película basada en la novela de Anthony Burgess, se ambienta en una, ya de por sí, “violenta” Gran Bretaña. Ante esto, el gobierno decide probar una nueva técnica de  “reconversión criminal” con Alex. Una trama polémica que siempre consigue despertar en el espectador profundas discusiones morales.


La psicología conductista descubrió en un estudio con perros que marcó un antes y un después en la ciencia (Iván Pavlov 1890-1900), que tocando una campanilla repetidas veces siempre antes de traerles la comida, estos con el tiempo comienzan a salivar antes de incluso llegar a ver la comida, únicamente oyendo la campanilla, incluso cuando a veces ni siquiera les llevaban comida. El perro aprendió a asociar el sonido de la campanilla con el estímulo de una apetitosa comilona. Pues bien, el ser humano funciona exactamente igual. Y este principio fue el que usaron los psiquiatras de la película para reformar al agresivo Alex. Le indujeron a asociar escenas de violencia con vómitos y náuseas (fruto de una sustancia previamente suministrada) de manera que nunca más pudo practicar la violencia porque al igual que el perro saliva cuando oye la campana (asociada a una rica comilona) Alex sufre dolores, vómitos y nauseas (asociadas a la violencia) cuando intenta agredir a alguien o practicar el sexo. En esta situación Alex se enfrenta a todos aquellos con los que antes de ser encarcelado y reformado practicó actos brutales y vejatorios. Y en dichos enfrentamientos se destapa la naturaleza vengativa de todos ellos para con, el ahora indefenso,  Alex. Por tanto… ¿Quién es el malo de la película ahora? ¿Alex, la sociedad, el sistema o el ser humano? ¿Están justificados esos actos de venganza? La denominada, en psicología, cultura del honor (la defensa del honor, instinto subyacente a todos) nos dice que sí, que está legitimizada.

En términos globales, extrapolando esto al mundo en el que vivimos actualmente, se ve cómo las circunstancias sociales se convierten en un determinante de la violencia cuando una determinada cultura “legitimiza” la violencia en situaciones en las que otra cultura no lo haría. Suele producirse en zonas pobres donde la autoridad o el estado son débiles, y por tanto, las leyes no se cumplen. En este contexto de “honor”, su defensa adquiere un alto significado simbólico, ya que, no defenderlo es síntoma de debilidad. De manera que la violencia es un arma reconocida para arreglar problemas.

En este contexto, los medios de comunicación adquieren un papel de suma importancia. Estudios (Baumeister, 1997) corroboran que los “mass media” (medios de masas) son una fuente de aprendizaje social sobre los medios, escenarios y situaciones en los cuales se legitima la agresión. Otros estudios (Eron, 1971) esclarecen que la agresividad en personas de 18 años correlacionan con las escenas (de películas, series, dibujos) violentas observadas a los 8. Y finalmente (Staub, 1989) aporta una explicación de índole motivacional, por la cual, es la baja autoestima la principal variable que está detrás de la emoción de odio como catalizador de la violencia entre grupos de personas producido por el desagrado hacia ellos por percibirles como un “ser maligno” al que eliminar (Rivera). Quizás la explicación psicosocial más acorde con Alex es la de Staub, quien  denomina el proceso de violencia como un “continuo de destrucción”, es decir; la violencia hacia la pareja/persona/grupo viene precedida de sentimientos continuos y prolongados de desprecio con una raíz en el autoconcepto y el autoestima dónde echar la culpa a alguien o algo de todos nuestros problemas nos libera de ellos aumentando así el autoestima.

Y es que posiblemente lo único que nos diferencia de otros animales es que tenemos una moral. Una moral que nos hace autorestringirnos con sistemas de ley y orden, porque según múltiples estudios la gran mayoría de nosotros somos capaces de cometer atrocidades, si como, nos quiere hacer llegar el film, las circunstancias nos empujan a ello. Véanse estudios al respecto cómo de los que surgen la teoría de la frustración-agresión (Berkowitz, 1869) por la cual “un estímulo aversivo se traduce en agresión solo si la situación posee ciertos estímulos que el individuo a asociado con agresión en su historia de aprendizaje” 

Otra prueba de  la violencia como reacción instintiva y natural del hombre es el famoso experimento de Milgram (Milgram, 1961) en el que se comprobó cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La firme autoridad se impuso a los principios morales de los sujetos (participantes) de dañar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad se imponía con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de las personas de aceptar casi cualquier orden proveniente de la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio. Sorprendentemente ningún participante paró en el nivel de 300 voltios, límite en el que “el alumno” (víctima que simulaba dolorosas descargas sin que el participante lo supiera) dejaba de dar señales de vida. Más adelante en 1999, Thomas Blass, profesor de la universidad de Maryland publicó un análisis de todos los experimentos de este tipo realizados hasta entonces y concluyó que el porcentaje de participantes que aplicaban voltajes notables se situaba entre el 61% y el 66%.
Eso es el conductismo justamente. Una idea del hombre en la que este no tiene capacidad de decisión y en la que el ser humano es una insignificante marioneta en  manos del destino. Una ideología en la que si algo viene “estropeado de serie”, como el extremo carácter violento de Alex,  se puede arreglar ya que el hombre solo es una  “ colckwork orange” (naranja mecánica) cuya traducción al castellano bien podría ser  “persona mecánica”, ahora…¿será mejor el remedio que la enfermedad?

Alex pensó que si al presentarse voluntario al tratamiento Ludovico. Al hacerlo demostró sus deseos de curarse, demostró ser consciente de que lo que hacía estaba mal, por tanto supo distinguir entre el bien y el mal, demostró tener conciencia y por tanto no ser tan psicópata como parecía, demostró que es capaz de elegir y por tanto ser un hombre y demostró ser un hombre bueno. Porque como le comenta sabiamente un cura a Alex en la prisión:”la bondad y la maldad nacen con nosotros, pero la bondad se escoge. El que no escoge deja de ser hombre”.

Pero a pesar de que su decisión le hizo un hombre, paradójicamente, el resultado de la terapia le convirtió en lo contrario, un ser sin libertad. De nada sirve que Alex no pueda hacer el “mal” por circunstancias meramente físicas, si a un nivel consciente es lo que él realmente quiere. Ya no era dueño de sus actos, ya no era él mismo, era bueno, pero dejó der ser un hombre, precisamente por no aceptar su naturaleza. Naturaleza que al final del film se ve como acaba recuperando con una nueva terapia, gracias a un intento de suicidio y las consecuentes recriminaciones éticas y judiciales que cayeron sobre el ministro y los dirigentes de la terapia, dejando abiertas muchas preguntas.

¿Los medios justifican los fines? ¿Es justo que Alex ceda su libertad en favor de una presunta armonía social? ¿Y el resto de hombres? La solución brilla por su ausencia. ¿No será menos importante una armonía social absoluta que una libertad de pensamiento y de acción? La libertad es nuestra redención y perdición. Es el capital más preciado y a su vez el más temido; pero de ninguna manera deja de ser esencial para que el hombre pueda cumplir con la condición más básica humana: ser libre.

Así Alex volvió a ser el que era y acabó casándose y teniendo un hijo (importantes sucesos que no se contemplan en el film, pero sí en la novela) dejando abierta una relevante moraleja, no solo para casos extremos, sino para cada persona de a pie. “Posiblemente solo seamos “personas mecánicas” moldeables por las circunstancias, pero nuestra maquinaria rota de serie no se arregla corrigiéndola, sino aceptándola y aceptar tu naturaleza es más humano que no aceptarla, incluso si eres un psicópata”. Ojo aceptar no significa vivir de la ultraviolencia en la ignorancia, ya que así Alex tampoco era libre. Aceptar significa ser consciente de la posibilidad de cambiar y no hacerlo porque sabes que no es lo que te corresponde, así, si estás eligiendo, estas siendo libre y además estás en paz con tu conciencia.

Y es justamente esa menor capacidad para escoger lo que diferencia a un psicópata como Alex del resto de personajes que después se vengaron de él con la misma violencia, pero con distinta raíz en la mente.
Alex nunca pudo escoger ser un asesino sin empatía ni conciencia del sufrimiento ajeno, o nunca pudo evitar los probables sucesos traumáticos de su infancia/adolescencia que le llevaron a tal personalidad antisocial, nunca pudo resistir sus impulsos de “la violencia por la violencia”; quizás por psicopatía congénita, quizás por ciertos aprendizajes en la infancia dónde el ser humano además de inocente es una esponja; porque al igual que el niño cuya madre es bilingüe a este no se le olvida el idioma, el niño carente de afecto, con interacciones perniciosas u objeto o espectador de violencia familiar tampoco lo olvida, es más, lo apropia como parte de su ser e identidad siendo ya indesligable al igual que un idioma materno.

A fin de cuentas el resultado es que nunca fue realmente libre, al igual que un verdadero psicópata. Sin embargo, el resto de personajes sabían muy bien lo que hacían, sabían que lo hacían por venganza, pudieron escoger en todo momento, eso les hace más hombres que Alex, más conscientes, su violencia no es fruto de la genética o la infancia como en Alex, y aun así, lo hicieron, se vengaron. Escogieron. Y eso les hizo hombres, pero también les hizo hombres malos y más malos que Alex, quien acabó entendiendo que no podemos elegir ni el cómo ni el dónde nacemos, pero sí el cómo vivimos.

No podemos elegir nuestras circunstancias pero si podemos elegir como reaccionar a ellas, al menos ese 44% de valerosas personas que según los estudios no aplicarían altos voltajes a otro ser humano, aunque se lo ordenaran. Habrá que confiar en ese porcentaje y en la capacidad moral de ese grupo de personas que nos ha llevado a decidir crear libremente un sistema de derecho. Con esa capacidad de decisión y elección libre que el conductismo siempre ignoró.
Jesús García Muñoz

Fuente: http://www.ritmosxxi.com/naranja-mecanica-reflejo-violencia-libertad-humanas-7473.htm