Expertos advierten de que el 33% de los conductores sufre Amaxofobia o “miedo o ansiedad a conducir”. Las mujeres, de entre 30 a 40 años, son las principales afectadas por este trastorno.
Según recientes estudios, cerca de un 33% de las personas
que conducen sienten miedo y ansiedad al hacerlo, aunque de una manera más o
menos controlada. A este trastorno se le conoce como Amaxofobia, término
proveniente del latín “amaxo”= carruaje y “fobia”= miedo. Este porcentaje,
según explica Ildefonso Muñoz, Director de la Unidad de Psicología del Centro
Médico USP Fuengirola, llega a alcanzar el 54% cuando nos referimos a los
conductores que padecen algún signo de ansiedad, en diferentes grados, cuando
se sientan delante del volante. “Afortunadamente solo un 4% de los conductores
desarrollan un miedo tan incapacitante que les impide coger un coche”, apunta
el experto.
La amaxofobia afecta más a las mujeres que a los hombres en
una proporción de 2 a 1, el 64% de los afectados son mujeres frente a un 36% en
el caso de los hombres. Por lo que respecta a la edad, el mayor porcentaje de
afectados se da entre mujeres de entre 30 y 40 años. “Este dato puede responder
al hecho de que las mujeres conducen con una mayor prudencia, están más alertas
y esto les genera ansiedad. Sobre todo cuando llevan niños o personas a su
cargo en el vehículo o cuando por circunstancias previas tienen una mayor
predisposición a la ansiedad (circunstancias familiares, personales, laborales,
etc.). En cambio, los hombres tienden a padecerla más cuando han ingerido
alcohol o cuando están bajo tensión psicológica”, continúa Ildefonso Muñoz.
Por lo que respecta a los factores externos que influyen en
el miedo a conducir, el experto señala los siguientes:
- Mala climatología
- Densidad del tráfico
- Nocturnidad
- Poco o nulo conocimiento de la vía o carretera por la que
se conduce
La sintomatología que presentan las personas aquejadas de
amaxofobia puede resumirse en lo siguiente:
- Ansiedad e incluso angustia.
- Pesadillas anteriores e incluso posteriores al viaje.
- Sudor de manos.
- Temblores.
- Molestias estomacales.
- Visualización mental de accidentes.
“Las causas que originan dicho trastorno son muy variadas y
dependen de cada caso aunque se pueden englobar en dos grandes bloques: como
consecuencia de un estrés postraumático, es decir, tras haber presenciado o
sufrido un accidente de tráfico; o que tengamos un trastorno de tipo ansioso
anterior a la fobia, donde las manifestaciones físicas (palpitaciones,
temblores, mareos, etc.) y psíquicas (nerviosismo, ideas negativas y
catastróficas, etc.) se manifiestan mientras conducimos y hace que toda la
tensión anterior”, explica Ildefonso Muñoz.
El Director de la Unidad de Psicología de Centro Médico USP
Fuengirola, por otra parte, se refiere a la actual situación económica y
laboral como causa del aumento de los trastornos de componente ansioso. “En
líneas generales, podemos decir que hay un mayor número de personas estresadas,
nerviosas y tensas, con unos niveles de angustia y pesimismos muy elevados lo
que genera una sintomatología física muy parecida a la de los ataques de pánico
que si se producen mientras conducimos, crean esta aversión a conducir. También
determinados tipos de personalidades, como personas poco seguras de sí misma,
con muchos miedos o con autoestima baja suelen ser más propensas a padecerlo”,
apunta el experto.
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