En este
momento hay seis mil cuatrocientos setenta millones, ochocientos dieciocho mil,
seiscientos setenta y un habitantes en el mundo. Algunos huyen asustados. Otros
vuelven a casa. Algunos cuentan mentiras para poder sobrevivir. Otros se
enfrentan a la verdad. Algunos son hombres malos en guerra contra el bien. Y
algunos son buenos, y luchan contra el mal. Seis mil millones de personas en el
mundo. Seis mil millones de almas. Y
a veces solo necesitas a una.
Película Siete Almas.
El 7 es un número muy recurrente en la cultura desde tiempos ancestrales.
Son 7 los días de la semana, 7 los
colores del arco iris y 7 los pecados capitales. Hubo 7 astros visibles. Hay 7
notas musicales, 7 maravillas del mundo, 7 artes, 7 continentes, 7 chacras, 7
niveles de conciencia, y así hasta límites insospechados. Se dice que en los
números ves lo que quieres ver. ¿Y tú? ¿Qué quieres ver?
Imagen extraída del film "El Hombre de Acero" |
Nunca he soportado a los comerciales. Tampoco creo que mucha
gente pueda llegar a apreciar a esa clase de ser capaz de meterse en tu vida
cotidiana sin ningún tipo de educación. Capaz de incrustar el pie en el quicio
de la puerta para venderte una aspiradora, la última tecnología del mercado o
incluso su alma en un contrato falso.
Pues bien, por azares del destino
este servidor acabó hace poco de comercial. Miento, no son azares del destino,
se llama “necesidad subjetiva de dinero fácil”, solo quería pagarme unos
estudios…como tantos estudiantes de hoy que no paran de protestar por su situación. Pero no me miren mal. Trabajé de
comercial de la cruz roja captando
socios… o eso ponía en la oferta de empleo. Iluso de mí, pensé que al menos que
ya que iba a ser un comercial, podría serlo por una buena causa. Que equivocado estaba. Las buenas causas no
pueden ser un negocio, al menos ya
no.
Jugando a adivinar el futuro
Todos los
jóvenes tienen el mismo sueño: salvar el
mundo. Algunos lo olvidan rápidamente, convencidos de que hay otras cosas
importantes que hacer, como formar una familia, ganar dinero, viajar y aprender
una lengua extranjera. Otros, sin embargo, deciden que es posible tomar parte
en algo que suponga una diferencia en la sociedad y en la manera en que el
mundo les será entregado a las generaciones futuras.
Y empieza la
elección de profesión: políticos
(que al principio siempre desean ayudar a la comunidad), activistas sociales (que creen que el crimen se debe a la
diferencia de clases), artistas (que
creen que todo está perdido, que hay que empezar de cero) y... policías.
Paulo Coelho.
El vencedor está solo
Nada más llegar a la entrevista de trabajo nos recibió el
que sería nuestro jefe, un hombre joven, dinámico, con labia, arrogante y sin
pelos en la lengua para dejarnos claro a todos lo orgulloso que estaba de su
arrogancia. Era una entrevista grupal, en la que todos, como pasmarotes,
recibíamos sabias lecciones de un jovencísimo
emprendedor que funcionaba por objetivos hasta para darse una ducha. Si
acababa a tiempo, o si llegaba pronto a un sitio, se daba un capricho. Decía
que esa debía ser la ideología del vendedor. La competitividad, el superarse a
uno mismo, el ponerse metas hasta para ir regularmente al baño.
Nos
dejó bien claro que no estábamos en la
cruz roja, sino en una empresa de marketing
que trabaja para la cruz roja. Cosa que no ponía en la oferta de empleo. Desde luego un buen vendedor. ¿Y esto por qué? Porque sencillamente les consiguen a la cruz roja mas socios que otras empresas “con menos éxito”. Y más socios en las ONG´S es menos hambre en el mundo. O
eso creemos. Nos restregó, (sin venir a cuento de nada en una entrevista)
por nuestros jóvenes e inocentes rostros (que todavía buscaban un atisbo de
nuestra idea de “ONG” por la que estábamos ahí sentados), la irrespetuosa suma
de dinero con la que se hacía cada vez que conseguía unos cuantos socios para
la organización no gubernamental.
El hombre prosiguió su show, su solitario
monólogo, su rentable obra de teatro seduciendo
a los aspirantes con una prueba en la que todos debíamos apuntar (sin pensarlo mucho, de forma refleja y casi inconsciente) un número del 1 al 10 y él, con todo su
poder, lo adivinaría. Supuestamente, era un ejemplo para ilustrar la
importancia de predecir la reacción del
comprador a la hora de hacer una venta. Y la importancia de saberse
anticipar a ella. Yo, estudiante de psicología, ya me sabía el truco, pero aún
así puse el número que más me gustaba, el 7, dejé que se luciese, pude anticiparme a él, pero no lo hice.
Cuando todos acabamos, dijo
señalándonos uno a uno que número habíamos escrito, y como ya anticipó, acertó
más de la mitad de la veces. La mayoría habíamos elegido el 7.
Seguidamente explicó con palabras
llanas, pero no menos acertadas, porque razón la gente elige el 7. El 5 era “ni
fu ni fa”, demasiado obvio, los números de los extremos casi nunca se eligen (1, 2, 3,8, 9 y 10) por
una razón tan inconsciente como instintiva
y ridícula. Parece ser que en los extremos nuestra decisión está “más
desprotegida”, sin embargo en el protegido interior de la franja de elección, pero
no justo en el medio (5 y 6, que son demasiado obvios) encontramos el 4 y el 7.
Y de entre estos, no se sabe exactamente
la razón (se presume que quizás por ser el mayor de entre los dos y por legado cultural) el 7 es el preferido.
Es vomitivo cruzarse con esa clase de persona capaz de engañar con tal
de sacar algo para su propio interés, pero aún lo es más cruzarse con alguien
que lo hace usando la caridad por bandera. No porque sea caritativo, sino
porque la caridad vende más. Es muy
triste que la solidaridad se convierta en un negocio rentable.
Nunca he soportado a los
comerciales arrogantes, ese ser capaz de convertir una conversación en manipulación, y el altruismo en negocio e interés. Ese ser capaz de escoger, “a conciencia”, el 6.
Los precursores culturales
El siete es un número muy
recurrente en la cultura. El origen de esta popularidad está en la observación del cielo por los antiguos astrónomos. La inmensa mayoría
de las estrellas no cambiaban de posición las unas respecto a las otras durante
el año. Sin embargo, observaron siete
cuerpos celestes que sí lo hacían. El
Sol y la Luna, eran los dos primeros. Los otros cinco eran los planetas que
pueden verse a simple vista, Mercurio,
Venus, Marte, Júpiter y Saturno, y que los pueblos antiguos consideraban
estrellas móviles.
Estos siete astros (bautizados en
honor a dioses romanos) les dieron
nombre a los días de la semana en muchos idiomas: lunes (Luna), martes
(Marte), miércoles (Mercurio), jueves (Júpiter) y viernes (Venus). En español,
“sábado” procede del nombre la fiesta hebrea “Sabbat” y domingo de la palabra
latina “Dominus” que quiere decir “el Señor”. No obstante, en idiomas como por
ejemplo el inglés, se mantienen los nombres originales de estos dos días:
Saturday de “Saturn” (Saturno) y Sunday de “Sun” (el Sol).
Más ejemplos
7
es el número que se le suele asignar al jugador creativo del equipo de
fútbol, al alma y líder del grupo.007
es el código del espía más glamuroso
que conocemos. Hay 7 notas musicales, con sus correspondientes 7 valores, a su vez tienen 7 alteraciones (sostenidos y bemoles) distinguibles por el oído humano y 7 silencios. 7 reinos hay en la superventas Juego de Tronos y conseguir tres sietes en las máquinas tragaperras hace que se gane el premio gordo.
Los 7 brazos del Menorá, el candelabro sagrado y
litúrgico judío. Los 7 metales
conocidos en la antigüedad: hierro, cobre, estaño, mercurio, plomo, oro y plata.
Los 7 sacramentos católicos: bautismo,
confirmación, eucaristía, penitencia, unción de los enfermos, matrimonio y
orden sacerdotal. Las 7 maravillas del mundo. Cada 7 años el
ser humano experimenta cambios
significativos en su desarrollo personal. Las 7 partidas de Alfonso X el Sabio. Las 7 esferas del dragón de Dragon Ball. Los Las 7 esmeraldas del Caos de Sonic the Hedgehog. Las supuestas 7 vidas del gato. Los 7 tomos de Las Crónicas de Narnia, las 7
divinidades principales en la saga de Memorias
de Idhún, los 7 libros de Harry
Potter y sus 7 horrocruxes. 7 vértebras
cervicales tienen la gran mayoría de mamíferos, existen 7 tipos de virus, según la
clasificación de Baltimore y 7 puntas tiene la tiara de la estatua de la Libertad.
Los hindúes reconocen 7 ramas del saber (Raja, Karma, Jnana,
Hatha, Laya, Bhakti y Mantra) y 7 ciudades sagradas de peregrinación o "nágaras"
(Ayodhya, Máthura, Gaya, Casi, Kanci, Avanti y Dv Araka); además, su filosofía
habla de 7 centros de energía: los "chakras".
En la religión islámica hay 7 estadios o
cielos. El Triunfo o Carro
del Sol triunfante representado por el 7º Arcano del Tarot. En la astrología china hay 7 constelaciones norteñas llamadas
xúanwǔ (玄武), la cual, también se conoce como el espíritu del cielo del norte. Pitágoras lo denominó “el número perfecto” y el
escritor italiano del siglo XII, Dante Alighieri,
frecuentemente lo usaba en sus obras. William Shakespeare dividió el desarrollo del hombre en 7
edades: infancia, niñez, el amante, el soldado, el adulto, la edad
avanzada y la senilidad. También se dice que fueron 7 los reyes de Roma y 7 sus
colinas.
El FMI (fondo monetario internacional), con síntomas de padecer una enfermedad degenerativa, es controlado,
entre otros, por el G-7 un grupo de 7 países
industrializados del mundo cuyo peso político,
económico y militar es muy relevante a escala global. Está conformado por
Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. La cultura maya realizó 7 profecías, en la séptima se pronosticaba un cambio
exponencial y cualitativo en las conciencias a partir de 2012. A finales de
2011 alcanzamos los siete mil
millones de habitantes en el planeta (C.Nogueira. El ciudadano 7.000 millones. El
País, 2011). Un crecimiento
exponencial e insostenible que muchos
catastrofistas empiezan a temer. (Pero este texto no tiene intenciones
pesimistas o catastrofistas. Todo lo contrario. Tiene un optimismo que no
entienden ni los que se las dan de
“fuertes”, eso que son capaces de solventar cualquier obstáculo, aquellos
preocupados por la “mejora” de las cosas, esos que, sin dudarlo, se
consideran más optimistas que nadie.)
Lo encontramos en películas como Seven, Los siete samuráis, Los siete magníficos, Siete días de mayo,
Siete novias para siete hermanos, Blancanieves y los siete enanitos, Siete años
en el Tibet, Siete es el número equivocado…
En la simbología judeocristiana, el siete ocupa un lugar privilegiado: es
el número más evocado desde el primer libro del Antiguo Testamento (Génesis) hasta el último del Nuevo (Apocalipsis, del griego “Ἀποκάλυψις” que no significa fin de nada, sino “revelación”). Sólo en este último apareceel 55 veces. Algunos ejemplos son: los 7 Sellos, cuya sección comienza con la
famosa descripción de los 4 jinetes del
Apocalipsis, que llevan numerosas plagas a la humanidad. Durante la
apertura de cada sello, se desarrollan también las visiones de cataclismos naturales, que concluyen
con el juicio final. Con la apertura
del séptimo sello, comienza el
desarrollo de un nuevo simbolismo numérico de catástrofes anunciadas por 7
trompetas. También se habla de 7 ojos 7 cuernos y 7 espíritus que pertenecen “al cordero de dios”. También hay 7 colinas, 7 espadas, 7
reyes y 7 copas que representan
a colectivos, ideologías y acontecimientos que supuestamente tendrán peso y se
irán sucediendo hasta la llegada de “el reino de los cielos”.
El alma humana. El origen cultural.
Según ciertas fuentes, el autor
(supuestamente el apóstol san Juan) escribió el libro del apocalipsis después
de sobrevivir por poco a una tortura que casi acaba con su vida. En condición
de desterrado en la isla griega de Patmos y en sus últimos
días decidió escribir el contenido de una supuesta “revelación”.
Dadas estas circunstancias no es
de extrañar el gran número de alusiones a números que guardan significados
ligados al alfabeto griego. Y tampoco
serían de extrañar las alucinaciones, algo que está por debajo del umbral de “la conciencia”
Señalar
que la variante occidental del alfabeto originó el etrusco y de ahí el alfabeto
romano. Atenas adoptó en el año 403 a.
C. la variante oriental, dando
lugar a que poco después desaparecieran
las demás formas existentes del alfabeto.
En este, encontramos “el origen”.
Al menos del que tenemos constancia histórica. La letra Ψ “psi” de “psique”, que
significa “alma humana” se asociaba
al valor de 700, y representaba la “perfección y equilibrio”.
El significado surge a partir de
la asociación de la letra Psi con la palabra griega “Psiqué”, que originalmente
tenía el significado de “mariposa” (de hecho podemos asimilar fácilmente la
forma de la letra con el dibujo estilizado de una mariposa con las alas
desplegadas). Posteriormente pasó a utilizarse el término con los sentidos de
“soplo de brisa”, “aliento”, “ánimo” y, finalmente “alma”, recordemos, asociada al valor 700.
Así, cobra sentido que el autor (influido
por la cultura griega) identificara el 666 como símbolo casi-perfecto. Aquel que
quiere llegar al 7. Por ello representaría a Lucifer, el ángel caído de Dios (el alfa ά y el omega Ω, el principio y el final) que en el intento de ser tan puro, divino y perfecto como él,
se malogró y cayó a los infiernos.
Hamid sabe que no sirve de nada luchar contra el inconsciente colectivo. Los tonos, los
accesorios, los tejidos, los
supuestos actos benéficos de la Superclase, los libros que se publican, la música que suena en la radio, los documentales de ex
políticos, las nuevas películas, el
material que se usa para hacer zapatos,
los sistemas de abastecimiento de coches,
los abajo firmantes para los congresistas, los bonos que venden los mayores bancos del mundo, todo parece estar
concentrado en una sola cosa: salvar el planeta. Se están creando fortunas de
la noche a la mañana, las grandes multinacionales
consiguen espacios en la prensa gracias a alguna que otra acción irrelevante en
esa área, organizaciones no
gubernamentales sin escrúpulos ponen anuncios en poderosas cadenas de televisión y reciben cientos de
millones de dólares en donaciones, porque todos parecen absolutamente
preocupados por el destino de la Tierra.
Cada vez que
veía en los periódicos o en las revistas a los políticos de siempre utilizando
el calentamiento global o la destrucción
del medio ambiente como plataforma para sus campañas electorales, pensaba
para sí: ¿Cómo podemos ser tan arrogantes? El planeta fue, es y será siempre
más fuerte que nosotros. No podemos destruirlo; si traspasamos una determinada
frontera, nos eliminará por completo de su superficie, y seguirá existiendo.
¿Por qué no hablan de "no dejar que el planeta nos destruya"?
Porque “salvar
el planeta” da sensación de poder,
de acción, de nobleza. Mientras que «no dejar que el planeta nos destruya»
puede conducirnos a la desesperación, a la impotencia, a la verdadera dimensión
de nuestras pobres y limitadas capacidades.
Paulo Coelho.
El vencedor está solo
En 1956, uno de los pioneros de la cognición, George A. Miller, afirmaba que nuestro límite en la memoria inmediata estaba en siete más /menos
dos estímulos, es decir, oscilaba entre 5 y 9. Sin embargo el concepto “unidad
de información” no fue definido completamente, de tal manera que una unidad
podría ser un número, una palabra, una frase, un párrafo, un bloque de
información o una idea.
Sin duda la aplicación de este estudio puede realizarse a multitud de ejemplos
de nuestra vida cotidiana. Teléfonos que no superan un número de 7 dígitos,
contraseñas, nombres de usuario, códigos, direcciones, seducir “a conciencia” a aspirantes
en una entrevista de trabajo, captar socios, conseguir feligreses atenazados por "el fuego del infierno", escribir este artículo, llamar la atención, diseñar herramientas para hacernos la vida más fácil y cómoda , salvar el
mundo, crecer más como especie o… ¿quién sabe? para nada de eso, sino,
sencillamente, para salvar auténticamente
la humanidad.
—El que me
hizo ver todo esto fue un extranjero que conocí esta noche, mientras estaba
allí, perdida en medio de la multitud, sin saber qué decir. […] Me pidió que
mirara a mí alrededor: estábamos rodeados de personas llenas de seguridad, de gloria, de conquistas.
Comentó: «No se están divirtiendo. Creen que han llegado a la cima de sus carreras, y la inevitable bajada los asusta. Han
olvidado que todavía les queda todo el mundo para conquistar, porque...»
—...porque se
han acostumbrado.
—Exacto. Tienen muchas cosas y pocas aspiraciones.
Están llenos de problemas resueltos, proyectos aprobados, empresas que
prosperan sin necesidad de ninguna interferencia. Ahora sólo les queda el miedo al cambio, y por eso van de
fiesta en fiesta, de reunión en reunión, para no tener tiempo para pensar. Para
ver a la misma gente, y pensar que todo sigue igual. Las seguridades han sustituido a las pasiones.
—Quítate la
ropa —le dice su compañera, intentando evitar cualquier comentario.
Jasmine se levanta,
se quita la ropa y se mete debajo de las mantas.
—Desvístete
tú también. Y abrázame. Necesito que me abraces, porque hoy creí que me ibas a
dejar marchar.
Su compañera
también se quita la ropa y apaga la luz. Jasmine se queda dormida en seguida
entre sus brazos. Permanece despierta algún tiempo mirando al techo, pensando
que, a veces, una chica de diecinueve años, con su inocencia, puede ser más sabia que una mujer de treinta y
ocho. Sí, por más que lo temiese, por más insegura que se sintiera en ese
momento, se vería forzada a crecer. […]
Los meses siguientes serían muy difíciles.
Pero lo que
nadie más sabe es que ella tiene una fuerza absoluta, total, que la ayudará a
superar todas las dificultades: el amor
de la mujer que ahora dormía entre sus brazos. Por ella, lo haría absolutamente
todo, salvo matar. Con ella sería capaz
de todo, incluso de vencer.
Paulo Coelho.
El vencedor está solo
Se dice que en los números ves lo que quieres ver. ¿Y tú? ¿Qué quieres ver?
Quiero ver si en vuestros ojos hay humanidad
Quiero ver como caéis
¡Revélate!
En ese Día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, no baje a buscarlas. Igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás. El que trate de salvar su vida, la perderá; y el que la pierda, la conservará. Les aseguro que en esa noche, de dos hombres que estén comiendo juntos, uno será llevado y el otro dejado; de dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra dejada" (Lucas, 17).
La mirada celestial
La mitología se explica por si misma y explica todo lo que en el mundo es, no porque se haya inventado para proporcionar explicaciones sino porque tiene la cualidad de ser explicativa (Kerenyi 1994)
Jesús García Muñoz
Fuentes:
No hay comentarios:
Publicar un comentario