jueves, 27 de septiembre de 2012

La epidemia de la “desafección política” en nuestro país.


Se sabe que entre los jóvenes españoles, quienes representan nuestras generaciones venideras, hay un desinterés general hacia la política. Las encuestas informan de un 70%  que opinan “que todos los partidos son iguales” y un 45% que opinan” que solo sirven para crear divisiones entre las personas”. ¿Cuál es el porqué de esta tendencia? ¿Ha dejado de interesarnos realmente la política? ¿Son fenómenos puramente sociales? ¿Cíclicos? ¿O hay algo más?

En palabras de Mariano Torcal (Doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid), la desafección es entendida como “sentimiento subjetivo de ineficacia, cinismo y falta de confianza en el proceso político, políticos e instituciones democráticas, que generan distanciamiento y alineación, pero sin cuestionar la legitimidad del régimen político”.

Partiré de la base de que desde la perspectiva de la psicología se entiende que nadie es apolítico, ya que la política no es más que la aplicación de nuestras “creencias, ideas y valores” sobre la naturaleza humana. Aplicaciones sobre cómo a nuestro personal y subjetivo juicio debería regirse una pareja, un grupo, una manada, un poblado, un imperio, un país o el mundo globalizado en el que actualmente vivimos.
Por tanto, si todos por dentro llevamos impregnadas estas ideas ¿porqué no las sacamos? La teoría de la indefensión aprendida puede responder a dicha pregunta.

La indefensión aprendida es un término empleado en psicología para definir a la condición de un ser humano o animal que ha aprendido a comportarse pasivamente, sin poder hacer nada y que no responde a pesar de que existen oportunidades para ayudarse a sí mismo, evitando las circunstancias desagradables o mediante la obtención de recompensas positivas.
En los experimentos realizados sobre indefensión aprendida (Bruce Overmier y Martin Seligman 1960), se exponía a dos grupos de perros a descargas eléctricas ocasionales estando estos encerrados en grandes jaulas. Uno de los grupos de perros tenía la posibilidad de accionar una palanca con el hocico para detener esa descarga, mientras que el otro no tenía medios para evitar la descarga. Cuando, posteriormente, a este segundo grupo de perros sí se les dio la oportunidad de escapar de las descargas, los animales permanecieron quietos, sin mostrar ningún tipo de respuesta. Este estado de inactividad fue el que se explicó por el fenómeno de la indefensión aprendida.                                                                     

Este fenómeno se puede extrapolar y observar en numerosos ambientes y sociedades represivas, en especial en los países subdesarrollados y empobrecidos, lo cual contrasta con el derroche y despilfarro económico ejercido por su clase dirigente. Pero, el ejemplo histórico más claro al respecto es la pasividad del pueblo judío ante uno de los más atroces genocidios cometidos en la historia de la humanidad.
Pero sin tocar estos extremos, este fenómeno puede ser lo que explique la actual situación española. La pregunta entonces es ¿en qué momento adquirimos tal indefensión aprendida? Cómo y porqué.

El desempleo sigue en aumento, la subida del IVA, se deniega la paga extra de navidad a los funcionarios, los sueldos no solo no suben sino que en algunos casos se rebajan…todo aquello que permitía a la maquina del consumo y la economía seguir activa está degenerando. En consecuencia los servicios sociales están cada vez más limitados. Los jóvenes preparados salen fuera del país a buscar oportunidades. El sistema penitenciario español es el que más presos aloja en sus instalaciones mientras que también es el que más asesinos y corruptos liberan gracias a las propias leyes. Y para colmo se sabe que España es  uno de los países de la UE con menor índice de criminalidad y el mayor índice de población reclusa, claro, sale más barato meter muchos “criminales” en grandes prisiones que pagar a  profesionales encargados de gestionar quien es o no peligroso. Sube la gasolina, no porque aumente el precio del petróleo, sino por los impuestos por litro. En definitiva…una gestión que cojea por, ya, demasiadas áreas.

Las promesas electorales se incumplen y se desatienden responsabilidades previas. Y esto ya no ocurre desde un solo signo político, sino que ahora, ya es desde varios. Y ya cuando parece que no hay fondo para más, nos “meten” mensajes en la cabeza cómo; “el futuro puede ser peor” que da lugar a sentimientos de desesperanza, de frustración y de fracaso o que “tenemos lo que nos merecemos” que hemos vivido muy bien, nos hemos endeudado y ahora tenemos que sacrificarnos. Y aquí es cuando aparece inevitable la respuesta cognitiva de indefensión aprendida (learned helplessnes).
 De esta manera la población española empieza a sentir que nada de lo que haga producirá un efecto en el ambiente. La palabra útil aparece en sus cabezas cada vez que se plantean un acto de protesta. Las personas y los jóvenes perciben una falta de control total sobre el medio. Llegando a captar la propia actitud como inútil, optando por la pasividad y el “no hacer ni decir nada”. Con salvedades como representan el 15 M, el intento actual de toma al congreso u otras huelgas o manifestaciones, muchas de ellas movilizadas por los propios mandatarios (políticos y sindicalistas) para justificar su existencia.
 “Nosotros mismos somos los culpables” resuena en el subconsciente de nuestras cabecitas españolas. “El poder del pueblo”. Hemos votado una y otra vez a aquellos que nos han llevado a la situación en la que estamos actualmente. Cuando gobernaban “los malos” podíamos justificar la situación apelando al “coraje” de la defensa de nuestros derechos pero después de haber pasado por un gobierno de, entre muchas comillas, izquierdas (o percibido como de izquierdas por gran parte de la población con menos nociones políticas) la respuesta del “coraje” ya no resulta tan efectiva. Parece que la desigualdad económica y social es un asunto mucho más controvertido y que va más allá de gobiernos de izquierdas, de derechas…o de centro.

Nadie sabe qué hacer, ni siquiera los economistas que contemplan “haciéndose los suecos” como a medida que la productividad global del planeta (concentrada en las grandes corporaciones y en EEUU) disminuyen los sueldos y el PIB (estatales) mundiales. Solo saben que para reactivar la maquina del consumismo y la economía, hace falta eso, consumir. Y los que más pueden consumir son los ricos, más enriquecidos todavía. No se buscan más soluciones; solo invertir, solo  políticas exteriores, solo libre mercado. Todo ello en detrimento de las clases sociales más devaluadas claro. Vamos encaminados hacia un desequilibrio sin precedentes a nivel no solo de nuestro país, sino global. Pero los gobiernos opinan que sus teorías y fundamentos políticos (que recordemos se basan en ideas sobre la naturaleza humana que todos poseemos) son demasiados complejos y controvertidos cómo para que la gente los comprenda, o peor aún, los acepte. En lugar de eso deciden mantearnos engañados y distraernos con sus estrategias más que pensadas. Habrá que perder el miedo y substituir la ignorancia, la pasividad y la inactividad por el atrevimiento, la documentación y la acción. Habrá que tener cuidado con el poder que cambia de color pero que nunca deja de poner en práctica la técnica de la indefensión aprendida , y sobre todo, en épocas de crisis.




Jesús García Muñoz

Fuentes:

http://www.ritmosxxi.com/desafeccion-politica-nuestro-pais-7731.htm


martes, 18 de septiembre de 2012

Creatividad, la capacidad que más demandarán los empresarios en el futuro.


La sociedad cada vez cambia a un ritmo más acelerado. Las nuevas tecnologías, la sociedad de la información (S.I.), el hecho de que las personas gracias a internet dispongan de toda la información que deseen cuando deseen. Ello está llevando la cultura a un punto de inflexión en el que importa menos tener información a saber cómo utilizar dicha información. Esta tendencia se está incorporando desde los pilares de nuestra sociedad, la educación, hasta las enseñanzas superiores y la incorporación al mundo laboral.


Preparación para el mundo laboral:

De esta manera ahora se busca una preparación lejos de la que hasta hace poco se practicaba. Las clases de “teoría” en los colegios y las clases “magistrales” en la universidad cada vez tienen menos cabida en la que los psicólogos y sociólogos denominan Sociedad de la información. Ahora se enseñará a saber manejar toda esa información disponible en la red. Se enseñará a cada persona a descubrir sus intereses y sobre todo, a saber crear cosas nuevas con dicha información. Los grandes avances de las últimas décadas nos han hecho pasar de una sociedad basada en la producción masiva de objetos a una sociedad de servicios y de información. Por tanto el motor son las ideas y la creatividad. Estas se antojan indicadores directos de productividad, éxito y rendimiento. La creatividad junto con otras dos capacidades; la capacidad de trabajo en equipo y la adaptación al cambio. ¿Porqué estas capacidades? Porque también se habla de la sociedad del aprendizaje continúo. Múltiples estudios al respecto abalan que la productividad de cualquier proyecto se multiplica cuando este es llevado por grupos grandes, desde puntos de vista o campos intelectuales distintos y no de manera individual o intraprofesional. Es esta la causa de iniciativas tales como el recriminado (por cuestiones económicas en especial) plan Bolonia que busca impulsar las capacidades de trabajo en equipo.

Nos encontramos a las puertas de un nuevo mundo empresarial en el que prima el conocimiento compartido y en dicha visión del trabajo primarán las colaboraciones entre empresas de distinta índole, países e intereses, dónde la capacidad para llegar a acuerdos fructíferos es vital y dónde los trabajadores y los altos cargos se verán forzados a cambiar su punto de vista constantemente para entender la postura del colaborador. Ahí es dónde entre la capacidad de cambio, el aprender cosas nuevas constantemente y una última que no he nombrado hasta ahora, la capacidad de gestionar el propio aprendizaje, o el denominado, en psicología, “metaprendizaje”…porque la sociedad que nos espera es de todo menos estática. De ahí que se busque ampliar la formación básica con un año más de bachillerato. Para cursar más asignaturas optativas con las que el alumno se identifique antes de equivocarse de carrera y acabar tirando dinero público.

Ya no se buscan profesionales en una rama. Ya no existen los especialistas, ya no existen ahora que buena parte del mundo tiene acceso a una documentación impensable hace pocas décadas, y sigue evolucionando. En la era de la información se buscan trabajadores con capacidad de fusionar fuerzas diversas, aunar conocimientos, crear espacios compartidos e innovar.


La raíz del fracaso escolar español

Se sabe que le educación finlandesa es la que presenta un mayor rendimiento escolar con apenas un 1% de fracaso escolar. Él cual contrasta con el 28 % español. Y justo hasta este preciso momento no se les ha ocurrido a los profesionales de la psicopedagogía hacer un estudio observacional y exhaustivo sobre qué es lo que funciona tan bien allí y que se ignora aquí. Se presumen varios factores relevantes y “macrosistémicos”, es decir, que las escuelas funcionen bien no depende de las propias escuelas sino de toda la sociedad en su conjunto.

Los españoles no somos ni más listos ni más tontos que nadie. Las influencias de toda una cultura son variables a tener en cuenta en el proceso educativo de niños, adolescentes y jóvenes. Tampoco los profesores son los culpables de nuestra fracaso escolar, es más, probablemente la causa sea un motivo subyacente “ideológico” o de “valores”.

¿Han visto la nueva campaña de publicidad de concienciación educativa? ¿Aquella en la que aparece el prestigioso humorista José Mota como referente rodeado de niños? El anuncio podrán verlo en postes publicitarios de marquesinas de autobús o en el anuncio por televisión. En dicho anuncio se intenta transmitir una palabra en especial, detrás de la cual se presume que habita el fracaso educativo. Se trata de la palabra reto.

Y es que muy probablemente ese es el problema de fondo. El niño, y en especial el adolescente español no perciben la escuela como una prueba de su valía o como un medio para conocerse a sí mismo y sus capacidades, sino como algo tedioso e improductivo. No conseguimos nada diciéndoles “hay que estudiar qué sino, no serás nadie en el futuro”. Hay que decirles “si estudias quizás llegues alto, quizás seas mediocre o quizás no llegues a nada, pero si no estudias lo peor no será que descartarás las dos primeras opciones, sino que siempre vivirás con la duda de si realmente valías para algo y no te habrás conocido a ti mismo”. Porque al final el único mediocre es el que no ha sabido encontrar aquello que realmente le gusta hacer.

Todo esto se engloba en conceptos de psicología educativa actuales como Identidad personal e Identidad Académica. La tendencia actual no es solo guiar al alumno por métodos docentes más prácticos y aplicados para que este pueda verse reflejado en lo que académicamente le atrae (identidad académica) sino también, y casi más importante una identidad personal, dónde el equilibrio emocional juega un papel importantísimo en edades tan complicadas, dónde además, significan el momento clave en el cual la persona construye  la mayor parte de la que será su identidad en el futuro, su autoestima, su autoconcepto…En definitiva se busca que el alumno desde edades tempranas aprenda a conocer sus puntos fuertes y sus puntos débiles para resucitar su motivación por estudiar.

Así, volviendo a los factores “macrosistémicos” que hacen del sistema educativo finlandés el mejor de la Unión Europea, podemos destacar un sistema productivo, sin diferencias sociales, con conciencia social y la motivación intrínseca (que el hecho de aprender sea lo que motive y no el resultado de un examen). Además es de destacar que su sistema educativo es el que menos horas lectivas imparte según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).


Un plan inviable:

Esto son los hechos, ahora yo les invito a plantearse algunas preguntas en torno a ciertos datos, en torno a la educación superior y, en especial al momento que atraviesan las universidades de España.

Al igual que se sabe lo bien que funciona la educación en Finlandia, también se sabe que el “revolucionario” plan Bolonia está fracasando en otras partes de Europa. No voy a entrar en los fundamentos económicos del plan que en este mismo instante levantan ampollas, solo diré desde un plano más psicopedagógico que los objetivos puramente educativos que se tenían no se están cumpliendo.

El plan prometía una “excelencia educativa” que no se ha producido. Y que todos veíamos difícil que se diera desde el primer curso. El equilibrio entre “calidad” (una buena trasmisión de conocimientos al alumno)  y “equidad” (a todos los alumnos de distintas clases sociales, umbrales de renta, etc) ha sido, obviamente, imposible. No se puede pretender dar clases prácticas a grupos grandes de alumnos porque no servirían de nada. Los alumnos necesitan un espacio menor en el que debatir entre si y exponer sus ideas dando rienda suelta a su creatividad, capacidad de decisión y otras capacidades fundamentales para el mundo laboral.

Se optó, por tanto, por hacer desdobles de aulas que, por restricciones especio-temporales (suficientes aulas, suficientes ordenadores portátiles, suficientes mesas, suficientes horas en el día…suficiente dinero), se hacían y se hacen lógicamente inviables.

El primer curso del plan Bolonia está a punto de finalizar este año el grado y con él, el sufrido experimento al que toda esta promoción de estudiantes ha sido sometida. Hemos tenido que soportar (y que seguiremos soportando durante este curso) los lógicos errores y las contantes modificaciones del plan de estudios, procesos de evaluación y calificación, la desordenada gestión docente, etc… sin más víctimas que la merma en nuestros propios expedientes.

Un plan educativo así es muy idílico, pero poco realista. La realidad es que no hay dinero. O hay dinero solamente para lo que interesa. La verdadera realidad es que hacen falta más profesores por alumno para impartir clases en las que se hagan subgrupos  e interacciones complejas entre alumnos que requieren un feedback oportuno imposible de llevar por un solo profesor, o mejor dicho, por un solo sueldo.

Los profesores no dejan de ser una víctima más de este plan Bolonia muy bonito por fuera, pero con goteras por dentro. El gobierno como acabamos de ver con la subida de tasas a optado por la decisión que se hacía esperar. ”No podemos (o queremos) pagar a más profesores por alumnos pero si podemos poner a menos alumnos por profesor”. Al final el plan Bolonia ha acabado siendo lo que ya sabíamos y que las altas esferas se empeñaban en desmentir. “Una educación de élites”. Muchos profesores universitarios concienciados ya salen ellos mimos a las huelgas percatados de que un máster publico de 6000 € no se corresponde con la calidad educativa que se podrá impartir e incluso animan a sus propios alumnos a “huir” a cursar dichos másteres en comunidades en las que la subida de tasas ha sido menor, véase la Comunidad Valenciana.


La letra pequeña del plan Bolonia. Una visión más antropológica.

Pero lo peor, desde mi punto de vista, no son todas estas repercusiones económicas. Estas solo son daños colaterales de la que puede ser solo la punta de un enorme iceberg.

Lo peor es que en torno al plan Bolonia, cuando se inició ya se hablaba de “rankings de universidades” y de “campus de excelencia”. Se hablaba de futuros aumentos de tasas y de la necesidad de obtener altas calificaciones constantemente. Hablamos de un plan que presume enseñar a los alumnos a trabajar en equipo para acabar compitiendo con tus propios compañeros por una beca o unos recursos escasos ¿Esto es innovador?

Es un plan que no aspira a enseñarnos a cooperar sino que aspirar a enseñarnos técnicas, actitudes y aptitudes para la vida empresarial. Esto puedo conseguirlo en algunos alumnos más o en otros menos. Pero que no nos vendan una mentira, y mucho menos nos la creamos.

Muchos problemas que acarrea la sociedad actual provienen de la excesiva competición entre las personas, ya sea en la esfera educativa cómo en la laboral. Esto debido a una ideología “socioeconómica” actual dónde prima el individualismo y la competición por encima del resto de valores morales.

Un dato que apoya esta afirmación es que cada vez hay menos trabajadores sindicados en las sociedades occidentales, los estudios arrojan un 2% de sindicalismo frente al 16% de los años 90 y más lejos aún de la época de la transición.

En las universidades y en las escuelas el asociacionismo y los órganos de representación estudiantiles están en vías de extinción y los que quedan apenas tienen un peso real o una confianza por parte del órgano de gobierno universitario.

En definitiva, si ya se habla de crisis de valores prepárense a unas pocas generaciones adelante, dónde la juventud habrá tenido que asimilar a la fuerza de “aprueba o revienta” unos valores individualistas y competitivos antes otros más colectivos y comunitarios.

Y si esto les parece duro, aún hay más, porque cómo describía al inicio de este artículo,  “estamos en la sociedad del aprendizaje continuo” dónde los trabajadores tendrán que “aprender a aprender”, aprender a gestionarse a sí mismos y esta espiral de competitividad y rendimiento perfecto no se acaba en la universidad sino que ahí solo ha empezado.

Eso de gestionar el propio conocimiento, hace capaz de todo hasta aquel con menos aptitudes, que no actitudes. Eso de dotar a la persona de las herramientas necesarias para alcanzar casi cualquier meta que se presuponga (sea laboral, académica…) puede que no sea un criterio social tan bondadoso como parece a primera instancia.

Ojo, no estoy diciendo que no haya que enseñar a las personas a conocerse a sí mismas, estoy insinuando que los estudios corroboran que el dinero no da la felicidad y esta depende más de las relaciones interpersonales que de él nivel de renta.

“El dinero es equivalente a la felicidad cuando uno vive por debajo del nivel de supervivencia, pero por encima de este nivel no está probado en absoluto que existe una relación directa entre niveles de renta y felicidad” Eduard Punset.

“La felicidad tiene que ver con el compromiso, con la dedicación y con la concentración de todos los sentidos en una tarea concreta que sea del agrado de la persona”. Eduard Punset.

Esta nueva ideología de “aprender a aprender” sería algo así como crear autónomos de nuestro propio conocimiento. Y ya sabemos que se suele decirse de los autónomos “hay quienes lo llevan muy bien, pero también existe el “estereotipo” (y los estereotipos son estadísticamente ciertos) de que “nunca se permiten unas vacaciones”. Ya preveo huelgas a la japonesa en España.



Quizás no sea tan malo eso de vivir bajo la responsabilidad de un jefe. Quizás no sea tan malo eso de vivir en la ignorancia. Como todo, es probable que sea bueno o malo según las personas. No afirmo nada, solo lo planteo. Quizás no sea bueno que Finlandia y Japón estén entre los 13 países con tasas más altas de suicidios del mundo. Quizás lo sea aun menos que Alemania, Suecia, Japón, Bélgica,Dinamarca, Holanda y otros países de admirable sistema educativo y económico se sitúen en el top 10 de violencia (agresiones, violencia de género, homicidios, robos…)* A lo mejor el problema no es la educación en sí. Esta solo te prepara para el devenir. A lo mejor el problema es el propio devenir, quizás el problema sea la esplendorosa  Sociedad de la Información.

Quizás España sea el ombligo de Europa. Quizás España sea un desastre de pies a cabeza, pero de lo que nunca me dejaré de alegrar es de que seamos nosotros los que vamos a “trabajar” en invierno a sus “lares” mientras ellos vienen a “disfrutar” en verano a los nuestros. Al fin y al cabo la única pregunta que cabe plantearse es ¿qué entiende usted por calidad de vida?







Internet y la comunicación


El hombre busca la comunicación, el hombre busca comunicarse, pero cada vez va a ser mas difícil la comunicación porque todo el mundo va a estar comunicándose.


Jesús García Muñoz

Fuente:

http://www.ritmosxxi.com/creatividad-raiz-fracaso-escolar-espanol-7674.htm


*Índices de criminalidad en Europa: EuroStat 2006-2007




lunes, 17 de septiembre de 2012

Felicidad : dícese de la ausencia del miedo.


«La felicidad depende más de las relaciones interpersonales que del dinero o la salud»



No es fácil definir la felicidad, pero el divulgador científico Eduardo Punset lo tiene claro: «La felicidad es la ausencia de miedo». Y añade: «Es una emoción transitoria, efímera». Asegura que más que la salud o el dinero, depende de las relaciones interpersonales y que está «relacionado con comprometerse, dedicarse y concentrar todos los sentidos en las tareas» que a uno le resultan de su agrado.
La felicidad es una emoción básica universal y, como todas las emociones, es transitoria, efímera». Así de contundente se muestra el divulgador científico y economista Eduardo Punset, que define la felicidad como «ausencia de miedo».

Punset, que ofreció una rueda de prensa adelantando el contenido de la conferencia “La felicidad en el siglo XXI: Naturaleza, Mega-Ciudades y el Hombre”, que cerró ayer en Chillida-Leku el programa de actos de las Jornadas de Naturaleza organizadas por Naturgintza, apunta que las personas necesitan cierta ansiedad para ponerse en estado de alerta y poder así concentrar sus esfuerzos en las tareas que realizan. «Pero una cosa es esta ansiedad y otra, el miedo, el pánico que corroe las vísceras y los órganos cerebrales».

Asegura que la felicidad depende de factores externos y no precisamente de aquellos a los que se alude generalmente. «El dinero es equivalente a la felicidad cuando uno vive por debajo del nivel de supervivencia, pero por encima de este nivel no está probado en absoluto que existe una relación directa entre niveles de renta y felicidad». Incluso, según Punset, la salud «no tiene la importancia que tienen otros factores externos como el de las relaciones interpersonales».

Las reflexiones de Punset resultan interesantes, pero ante una persona que ha estudiado tan a fondo la felicidad, al oyente le comienzan a retumbar algunas preguntas en su mente: ¿Se puede ser feliz? ¿Cuál es la receta?...

Según apunta Punset, se puede ser feliz, pero no durante todo el tiempo. En lo que a las recetas se refiere, asegura que la primera condición para ser feliz es «querer serlo». Afirma que «la felicidad tiene que ver con el compromiso, con la dedicación y con la concentración de todos los sentidos en una tarea concreta que sea del agrado de la persona».

Capacidad para ser infelices

Sin embargo, asegura que en su opinión y observando el comportamiento de la gente, «parece que las personas tienen una gran capacidad para hacerse infelices». Por ello, subraya que resultan muy curiosos los resultados de la encuestas en las que «a la pregunta de si eres feliz, un 70% asegura que lo es».

Considera Punset que uno de los errores de la especie humana es que, al contrario del resto de animales, desprecia el proceso de búsqueda de la felicidad. Se empeña sólo en el logro y, además, una vez lograda la recompensa, termina desengañándose.

Punset dedica también su atención al aumento de la esperanza de vida, que, según apunta, está relacionado con la felicidad. «Es la primera vez en la historia en que la humanidad tiene futuro» y, precisamente, por ello «hay problemas de mantenimiento y se ha planteado la necesidad de ser feliz».

Según asegura el escritor, a nivel biológico el sistema inmunológico de las personas «estaba ideado para cuando las personas vivían entre 30 ó 40 años y, por ello, ahora con la aparición de enfermedades degenerativas, tales como el Alzheimer, el sistema inmunológico no responde».

Además, considera necesario cambiar el modo de gestionar los recursos disponibles. «Hemos invertido mucho en la reproducción de la especie, en llenar las calles de las ciudades de cemento, de grúas y de coches... Es decir, en inversiones ingentes.» Hoy en día, cree necesario que los recursos se deriven, en gran parte, a las industrias que tienen que ver con el mantenimiento. Y es que, en su opinión, «si la gente hoy no es lo feliz que pudiera ser, en gran parte se debe al déficit de mantenimiento del nivel biológico y al déficit de servicios de mantenimiento».

Punset hace hincapié también en la necesidad de preservar el medio ambiente, «porque ello también tiene mucha importancia a la hora de lograr la felicidad».

De cara a lograr un mayor nivel de felicidad, también es necesario ser conocedores de las emociones personales. «En este momento está consensuado que podemos mejorar la gestión de nuestras emociones. Hay un cuerpo doctrinal y descubrimientos sicoterapéuticos y, sobre todo psicológicos, que permiten gestionar mejor las emociones, lo que en primer lugar implica conocerlas».

Y es que, en su opinión, no puede ser que un niño o niña vaya a vivir 100 años y que nadie le haya explicado nada sobre la emoción, el miedo, el pánico». Por ello, Punset conside- ra imprescindible, enseñar, sobre todo a los menores, lo que los académicos llaman lecciones de competencia emocional. Y para ello, serán imprescindibles las recientes aportaciones de la ciencia. «El mundo científico no había entrado hasta hace pocos años a estudiar el campo de las emociones, porque no tenía cómo medirlas y, por lo tanto, el método científico no era aplicable». Pero hoy en día, «gracias a la posibilidad de calcular los flujos hormonales y emocionales», la ciencia ha podido entrar, y lo ha hecho de lleno. Al fin y al cabo, no se trata de una cuestión menor, está en juego el ser feliz o no.








El Lado Oscuro





Fuego y miedo




Deja de oír la voz del miedo




Sin miedo



Monstruo de papel, deja que paseemos...sin miedo.




Miedo a la liberación






Fuente: http://www.gara.net/idatzia/20061028/art186526.php

sábado, 15 de septiembre de 2012

¿Deben los gobiernos desarrollar tecnología para leer la mente de las personas?


Parece inevitable que en los siguientes años se perfeccione la tecnología para leer el pensamiento de las personas, haciendo de esta tecnología el grial de la vigilancia y a la vez generando serias cuestiones de neuroética.



El siglo 21 parece ser el siglo de la neurociencia. Si la lectura del genoma humano, el libro de la vida que escribe al hombre, fue uno de los descubrimientos científicos más importantes del siglo 20, probablemente la lectura de la mente y el desarrollo de un mapa de identidad neuronal (el equivalente al genoma pero del cerebro) será uno de los grandes acontecimientos de la ciencia de este siglo.

Hace tan sólo unas décadas que la ciencia pudiera leer la mente de un ser humano parecía algo confinado meramente al ámbito de la ciencia ficción. Hoy esto parece casi inevitable. En los últimos meses hemos visto científicos que componen un video con imágenes extraídas del cerebro de una persona; un equipo de investigadores de la Universidad de California, en Berkeley,  que logró traducir a imágenes los pensamientos de una persona que estaba conectada a una computadora, recreando las escenas que estaba solamente imaginando; investigadores de la Universidad de Princeton publicaron recientemente los resultados de un experimento en el que consiguieron traducir en palabras los pensamientos de cualquier persona; investigadores estadounidenses e investigadores japoneses, por otro lado, trabajan en desarrollar un dispositivo capaz de grabar los sueños de una persona; el genial neurocientífico Henry Makram se encuentra en una etapa relativamente avanzada en su proyecto Blue Brain, el cual busca recrear un cerebro humano artificial.

Si bien el proceso de desarrollar esta tecnología es bastante arduo ya que fundamentalmente se basa en identificar zonas del cerebro e incluso neuronas individuales que se activan cuando una persona siente algo y piensa en una palabra o en un concepto, lo cual supone la construcción de una especie de Google Earth del cerebro humano, parece que sólo es cuestión de tiempo para que la ciencia penetre la intimidad del ser humano.

“Mis pensamientos corren siempre libres. ¿Quién pudiera jamás adivinarlos?”, dice una canción popular alemana, que encuentra, seguramente un equivalente en muchas otras culturas. 

Por milenios el ser humano ha asumido que tenía un fuero interno inviolable, su individualidad en buena medida estaba resguardada por la capacidad de pensar de manera privada y si bien podría ser un esclavo tenía la posibilidad de ser libre mentalmente. Aunque para algunos este fuero interno no era absolutamente privado, ya que según distintas creencias Dios o el universo registraba todos los pensamientos de una persona, al menos tenían el beneficio de un secreto temporal, un espacio para construir, sublimar, transmutar, maquinar o rebelarse sin que la autoridad mundana pudiera interceder. Después de todo hay cierta justicia poética individual: si eres capaz de tramar algo y construir un discurso sin que nadie pueda adivinar tus motivos o penetrar el cariz de de tu pensamiento, hay cierto merecimiento en que te puedas salir con la tuya. Pero esto podría cambiar antes de lo te imaginas –y lo que imaginas podrá ser usado en tu contra-; actualmente ya existen casos en los que se admiten como evidencia resonancias magnéticas cerebrales en una corte en Estados Unidos.

¿Estamos cerca de vivir bajo la somba omnipresente de la policía del pensamiento que pesadillescamente imaginó Orwell? No hay duda que tecnología que permita leer el pensamiento de las personas — por ejemplo, en un aeropuerto–le interesará de sobremanera a un gobierno como el de Estados Unidos. Y sin ir más lejos, tecnología que permita acceder a la mente de una persona que está siendo juzgada por algún crimen, seguramente será vista como algo positivo por el gobierno de Estados Unidos y quizás por muchos ciudadanos que podrían considerar esto como una herramienta insuperable en la administración de justicia. Pero el sólo hecho de admitir y aceptar como sociedad que se nos someta a un detector mental, bajo cualquier circunstancia que no sea voluntaria, pone en peligro la libertad más básica, o la última libertad, borrando las fronteras entre mente y Estado.

La neurociencia al servicio del gobierno y la milicia representa uno de los grandes peligros que enfrentará el ser humano en los siguientes años, en la medida en que estas instituciones sigan controladas por poderes financieros elitistas (de manera levemente relacionada, el neuromarketing, al servicio de las grandes corporaciones, ya es una industria multimillonaria) . Por una parte, personas con suficiente capital y privilegio podrán seguramente aumentar sus capacidades –programando su genética y recurriendo a una interfaz neurocibernética– y por otra las masas podrían ser sometidas a una perenne neurovigilancia e incluso a una programación mental vía hardware y software, donde, más allá de que se les lea el pensamiento, se les podría hackear. Si bien es temprano aún, el ciudadano común debe de empezar a ser consciente de las implicaciones que tiene esta tecnología –lo cual no significa que no debamos investigar y acceder a los secretos del cerebro humano (puerta también a los secretos del universo– y oponerse a cualquier exigencia en este sentido. 
Tenemos que empezar a discutir neuroética y desarrollar mecanismos que puedan resistirse a una eventual violación psíquica. Leer el pensamiento de una persona a la cual le tienes cariño, o que ella te lo lea a ti, puede ser una de las grandes maravillas que ofrece este planeta sensorial (o todo lo contrarío, a mi, personalmente, no me gustaría) pero que sea el gobierno o un policía el que te lee la mente no es algo deseamos para nuestros hijos. De nuevo vemos en esto una tendencia en la que la tecnología suplanta la magia y aleja de la naturaleza. Los senderos podrían confluir, pero, en uso y en usura, parecen bifurcarse. Y lo que está en juego es el más preciado de todos los jardines, el jardín de la imaginación.



Fuente: http://pijamasurf.com/2011/11/%C2%BFdeben-los-gobiernos-desarrollar-tecnologia-para-leer-la-mente-de-las-personas/

Asaltar supermercados para denunciar la desigualdad.Nueva tendencia española.


Muy simple: ¿Legal? No.¿Justo dada la situación? Si.¿Útil?No. Por tanto, si a la larga es inútil también es injusto para esos trabajadores de esos supermercados.


Los asaltos a supermercados se contagian a Extremadura

Los asaltos de supermercados por parte de sindicalistas ya no son un caso exclusivo de Andalucía y, como ha sucedido con Sánchez Gordillo, también en Extremadura se están llevando a cabo con representantes de Izquierda Unida. El diputado autonómico Víctor Casco y el excoordinador regional de IU, Manuel Cañada, han estado en el centro comercial Carrefour en Mérida en un "acto de protesta y rebeldía" convocado por la Plataforma por la Renta Básica en la comunidad.

El acto ha consistido en una "expropiación de alimentos", según reconoce el propio Casco en un tuit  en su cuenta oficial en Twitter, y en el que también indica que la acción busca "frente a la acaparación de riqueza por unos pocos, reparto de la riqueza".
Desde el Gobierno autonómico, dirigido por el Partido Popular, se ha apelado "al respeto a la legalidad vigente y a la responsabilidad", mientras que Izquierda Unida ha dado todo su apoyo a la acción "por su simbolismo"

En concreto, en torno a medio centenar de personas, según fuentes de la plataforma convocante, han participado en un acción que ha consistido en cargar varios carros con productos de "primera necesidad" y de "marcas blancas", y que han sido sacados desde la zona de compra al pasillo de entrada desde la calle al centro Carrefour, tras pasar por las cajas de cobro pero sin abonar el coste de los productos.

En las puertas y en el interior del centro comercial había varios agentes de la Policía Nacional que están identificando a algunos de los participantes en la acción, y que han impedido que finalmente sacaran los carros cargados de comida fuera del establecimiento. Todos los participantes en el acto han sido trasladados a comisaría "pacíficos, pero insumisos ante el poder", según ha tuiteado el diputado.

Los participantes en el acto, mientras portaban los carros de comida con productos como pasta, leche, aceite o arroz, han lanzado proclamas como "Que viva la lucha de la clase obrera" o "El próximo parado que sea un diputado". También han gritado mensajes como "Contra la pobreza, reparto de la riqueza" o "Si no hay pan para el pobre, no hay pan para el rico".


Muy simple: ¿Legal? No.¿Justo dada la situación? Si.¿Útil?No. Por tanto, si a la larga es inútil también es injusto para esos trabajadores de esos supermercados.


Está comprobado que la democracia es el sistema de gobierno que "menos mal" funciona.
Nuestros 2000 años de guerras, insurrecciones y de más acontecimientos han acabado por hacernos topar con la única solución plausible y que, más o menos, funciona. Actualmente en España, más menos que más. De ahí que surja el debate.

¿Es legítimo asaltar supermercados? No. ¿La ley está por encima cuando se trata de defender unas necesidades básicas de alimentación de una población marginada? Tampoco.
La pregunta no es ¿qué es más justo que qué?. Por esa vía llegaríamos, dada la situación, no solo de pueblos andaluces sino de la mayor parte de España, a una anarquía o a la ley del oeste.

Tampoco es esa la pregunta, cuando te das cuenta de que los dirigentes de esas iniciativas, tachan a dichos asaltos de pacíficos. Pero sin entonces su fin no es la rebelión, no es la solución de problemas por la fuerza... ¿cuál es su objetivo? Los tiznas de "simbólicos". Y yo me pregunto, y está sí que es la pregunta; ¿simbólicos de qué? ¿de la injusta situación que viven muchas personas?. Gracias, ahora cuénteme algo que no sepa, pero por favor, no "joda" el jornal de los trabajadores de esos supermercados. Por cierto, se sabe que muchos establecimientos por la zona están cerrando sus puertas por cierto "miedo" acomodado tras el ataque al supermercado del lúcido Gordillo. También ha conseguido "contagiar" su eternamente útil acción y en Mérida se ha producido un asalto similar en un Carrefour.

Si usted, señor diputado de izquierdas no quiere ir por la fuerza y por tanto hacer uso del sistema  de libertad de expresión y derecho a voto en el que vive, por favor intente concienciar con su acción al mayor número de población , por favor haga una manifestación en condiciones para llegar al mayor número de gente, pero no irrumpa con 50 insulsas personas en un supermercado, porque así solo da un mal ejemplo para que repitan la hazaña otras 50 insulsas personas en otra parte de España siguiendo su magnífico ejemplo, consiguiendo tres cosas: uno, incentivar esta clase de pequeños ataques que por pequeños, independientes y descentralizados no van crear la suficiente fuerza como para a hacer tomar ninguna decisión política a gran escala y sin embargo si se multiplican van a conseguir empeorar las economías provinciales por cerrar establecimientos por el miedo creado y perjudicando a los pocos trabajadores que restan en este país y le sacan adelante; dos, no tener nada que llevarse a la boca pasado mañana y tres; ser el hazme reír de Europa que estando en la últimas y en el s.XXI no se nos ocurre nada mejor que robarnos entre nosotros. Y lo que es peor robarnos simbólicamente. Señor diputado de izquierdas si lo que quiere es ir por la fuerza, hágalo en condiciones. Si lo que quiere es concienciar de la precaria e injusta situación hágalo, hágalo en condiciones. Haga lo que quiera, pero hágalo bien.

Y yo me sigo preguntando... y cuando esas personas se alimenten de los 150 euros insignificantes en comida... ¿al día siguiente qué? ¿Se vuelve a robar otro supermercado? .Es evidente que no son tontos, y que saben que por esa vía no van a solucionar el hambre, al menos si son los pacíficos que dicen ser. Sin, embargo lo que si están dando es muy mal ejemplo de cómo comportarse en una sociedad de derecho, ante un "contrato social" que por muy injusto que pueda ser en estos momentos para todo ciudadano español es la única vía, comprobada, de salir de las crisis.

Va siendo hora, de salir del cascarón, no ser infantiles y en lugar de robar supermercados ahora en crisis, recordar bien estos malos momentos para dentro de unas décadas ahorrar en el próximo gobierno de "izquierdas", que sin duda lo habrá en este juego político denominado "sistema bipartidista". Pero no, sin duda no lo haremos, nos volveremos a endeudar. Y tendrá que venir, desgraciadamente, la derecha a solucionar nuestros complejos de pobres y nuestros problemas de envidia y ambición.

Jesús García Muñoz

No lo digo yo lo dicen muchos expertos en el tema:

Si uno no es liberal antes de los veinte años es que no tiene corazón, y si lo es después de los veinteaños, es que no tiene cerebro
(atribuido a GeorgesClemenceau, Dean Inge, Benjamin Disraeli y MauriceMaeterlinck)

[...]
En la Visión Trágica, además, la naturaleza humana no ha cambiado. Tradiciones como la religión, la familia, las costumbres sociales, los usos sexuales y lasinstituciones políticas son una síntesis de técnicas comprobadas con el tiempo que nos permiten funcionar antelas deficiencias de la naturaleza humana. Son tan aplicables a los seres humanos de hoy como lo fueron cuando se desarrollaron, aunque nadie pueda explicar hoy sus principios rectores. Por imperfecta que pueda ser la sociedad, debemos evaluarla teniendo en cuenta la crueldad y la privación del pasado real, no la armonía y la riqueza de un futuro imaginado. Tenemos la suerte devivir en una sociedad que más o menos funciona, y lo prioritario para nosotros debería ser no estropearla,porque la naturaleza humana siempre nos deja tambaleándonos al borde de la barbarie. Y como nadie es lo suficientemente listo para prever la conducta de un solo ser humano, y no digamos la de millones de ellos que interactúan en una sociedad, debemos desconfiar de cualquier fórmula para cambiar la sociedad de arriba abajo, porque es probable que conlleve unas consecuencias imprevistas que sean peores que los problemas para cuya solución se diseñó. Lo mejor que nos cabe esperar sonunos cambios progresivos que se reajusten continuamente de acuerdo con la retroalimentación sobre la suma de sus consecuencias buenas y malas. Se sigue también que nodebemos aspirar a resolver problemas sociales como la delincuencia o la pobreza, porque en un mundo de individuos que compiten, lo que una persona gane puede ser lo que otra pierda. Lo mejor que podemos hacer esequilibrar los costes. En las famosas palabras de Burke,escritas después de la Revolución francesa:

Hay que considerar los fallos del Estado como si se tratara de las heridas de un padre, con piadoso sobrecogimiento y trémula solicitud. Este sabio prejuicio nos enseña a contemplar con horror a esos hijos que de forma rápida e irreflexiva desmenuzan al padre anciano para ponerlo en la caldera de los magos, con la esperanza de que con sus venenosos hierbajos y sus estrafalarios conjuros puedan regenerar la constitución parental y renovar la vida de su padre.

[...]
Las perennes limitaciones de la naturaleza humana demuestran la futilidad de las revoluciones políticas que se basan únicamente en las aspiraciones morales de los revolucionarios. En palabras de la canciónde The Who sobre la revolución: «Meet the new boss; sameas the old boss
«Aquí tienes al nuevo jefe; igual que el antiguo.» (N.del T.)

Sowell señala que el marxismo es un híbrido de las dosvisiones(27). Invoca la Visión Trágica para interpretar el pasado, cuando anteriores modos de producción no dejaban más opción que las formas de organización social conocidas como «feudalismo» y «capitalismo».

Pero invoca una Visión Utópica para el futuro, según la cual podemos configurar nuestra naturaleza en la interacción dialéctica con el medio material y social. En ese nuevo mundo, las personas estarán motivadas por la autorrealización y no por el interés propio, por lo que podremos realizar el ideal de «De cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades». Marx dijo que una sociedad comunista sería la auténtica solución alantagonismo entre el hombre y la naturaleza, y entre el hombre y el hombre; es la auténtica solución al conflicto entre existencia y esencia, objetivización  y autoafirmación, libertad y necesidad, individuo y especie. Es el acertijo de la historia resuelto
«Una teoría magnífica, pero aplicada a una especie equivocada ».

«Dos hurras por la democracia», proclamó E. M. Forster.«La democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las demás formas que se han ensayado», dijo Winston Churchill. Son elogios de la Visión Trágica. Pese a todos sus fallos, parece que las democracias liberales son la mejor forma de organización social a gran escala que nuestra lastimosa especie haya concebido.

Proporcionan más comodidad y libertad, más vitalidad artística y científica, una vida más larga y segura, y menos enfermedades y contaminación que cualquiera de las alternativas. En las democracias modernas no existen las hambrunas, casi no se declaran la guerra entre ellas y son la principal aspiración de las personas de todo el mundo que votan marchándose por tierra o por mar. El moderado éxito de las democracias, al igual que los fracasos de las revoluciones radicales y de los gobiernos marxistas, se reconoce hoy ampliamente y puede servir como otro test empírico para las teorías rivales de la naturaleza humana.

El concepto moderno de democracia surgió en la Inglaterrade los siglos XVII y XVIII, y se pulió en el frenesíteorizante que rodeó el movimiento de la independencia de Estados Unidos. No es casualidad que los principalesteóricos del contrato social, como Hobbes, Locke y Hume, fueran también unos grandes psicólogos de salón. Como dijo Madison: «¿Qué es el propio gobierno si no la mayor de todas las reflexiones sobre la naturaleza humana?»

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¿Qué está pasando? El hecho de que la izquierda y la derecha actuales abracen la psicología evolutiva, después de décadas de vilipendiarla, demuestra dos cosas. Una es que los hechos biológicos están empezando a cerrar el paso a filosofías políticas convincentes.

La creencia de la izquierda de que la naturaleza humana se puede cambiara voluntad y la creencia de la derecha de que la moral se basa en que Dios nos dota de un alma inmaterial se están convirtiendo en empeños insostenibles ante el gigante de la ciencia.


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Una izquierda darwiniana es el intento más sistemático de planificar el nuevo alineamiento(45). Dice Singer: «Es hora de que la izquierda se tome en serio el hecho de que provenimos de los animales, y de que llevamos las pruebas de nuestra herencia, no sólo en nuestra anatomía y nuestro ADN, sino también en nuestra conducta». Para Singer esto significa reconocer los límites de la naturaleza humana, que hace de la perfectibilidad de la humanidad una meta imposible. Y significa reconocer los componentes específicos de la naturaleza humana. Entre ellos, el interés propio, que implica que los sistemas económicos competitivos funcionarán mejor que los monopolios estatales; el instinto de la dominación, por el que los gobiernos poderosos son vulnerables a los autócratas desmesurados; el etnocentrismo, que pone a los movimientos nacionalistas en peligro de cometer discriminación y genocidio; y las diferencias entre los sexos, que deberían moderar las medidas de una rígidaparidad de género en todos los ámbitos de la vida.

Este hecho de que "los sistemas económicos competitivos funcionarán mejor que los monopolios estatales" o , de otra manera , "la efectividad económica del libre mercado" , ha sido parodiado en multitud de ocasiones, como es el caso de este escena (que no tiene desperdicio), de la censurada película "La vida de Brian", extrapolando la situación actual al "todopoderoso" imperio Romano.








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El problema, dice Frank, es que las personas poseen unas ansias de estatus. Su primer impulso es gastar el dinero de forma que los demás lo puedan observar (casas, coches, vestidos, una educación selecta), y no de forma que sólo ellos lo conozcan (atención médica, seguridad en el empleo, planes de ahorro). Lamentablemente, el ahorro esun juego de suma cero, de modo que cuando todo el mundo dispone de más dinero para gastar en coches y casas, aumentan unos y otras pero la gente no es más feliz que antes.

Como los jugadores de hockey, que aceptan llevar casco sólo si existe una norma que obligue a sus oponentes a llevarlo también, las personas podrían aceptar unas normas que obligaran a todo el mundo a pagar por unos beneficios ocultos, como la atención médica, que les hacen más felices a la larga, aunque tales normas sean a expensas del salario disponible. Por la misma razón, dice Frank, estaríamos mejor si impusiéramos un impuesto muy graduado al consumo, que sustituyera al actual impuesto graduado a la renta. Un impuesto al consumo amortiguaría la inútil carrera por unos coches, unas casas y unos relojes cada vez más espléndidos, y compensaría a las personas con unos recursos que está demostrado que aumentan la felicidad; por ejemplo, el tiempo de ocio, unas calles más seguras y unas condiciones de desplazamiento y de trabajo más agradables.

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La política de la desigualdad económica en última instancia gira en torno a un equilibrio entre la libertady la igualdad económicas. Aunque los científicos no pueden dictar qué peso hay que dar a estos deseos, pueden ayudar a evaluar los costes moralmente relevantes y, con ello, permitirnos tomar una decisión mejor informada. Una vez más, la psicología del estatus y el dominio tiene un papel que desempeñar en esta evaluación. En términos absolutos, los pobres de hoy están materialmente mejor que la aristocracia de hace sólo un siglo. Viven más sanos, comen mejor y disfrutan de lujos antes inimaginables, como la calefacción central, los frigoríficos, el teléfono y un entretenimiento durante las veinticuatro horas del día gracias a la televisión y la radio. Los conservadores dicen que esto hace difícil sostener que la situación de las personas con rentas más bajas sea un escándalo ético que se deba enderezar a cualquier precio. Pero si el sentido de bienestar de las personas procede de una evaluación de su estatus social, y éste es relativo, entonces la extrema desigualdad puede hacer que las personas que se encuentran en los niveles más bajos se sientan derrotadas aunque estén mejor que la mayor parte de la humanidad. No es una simple cuestión de sentimientos heridos: la gente de menor estatus es menos sana y muere antes, y las comunidades con mayor desigualdad tienen peor salud y una esperanza de vida más corta. El investigador médico Richard Wilkinson, que documentó estos patrones, afirma que el estatus bajo desencadena una antigua reacción de estrés que sacrifica la reparación de los tejidos y la función inmunológica de una respuesta inmediata de luchar o huir. Wilkinson,junto con Martin Daly y Margo Wilson, señala otro coste perceptible de la desigualdad económica. Los índices de delincuencia son muy superiores en las zonas donde existen mayores diferencias de riqueza (incluso después de controlar los niveles absolutos de ésta), en parte porque el bajo estatus crónico lleva a los hombres a obsesionarse con el rango y a matarse por ofensas triviales. Wilkinson sostiene que la reducción de la desigualdad económica se traduciría en millones de vidas más felices, más seguras y más largas.

Steven Pinker. La negación moderna de la naturaleza humana.

"Otra idea indiscutible es que las personas son competitivas por naturaleza y que, por consiguiente, el capitalismo es la única forma adecuada de organizar la sociedad¿Está de acuerdo? "Guitarrista de Rage Against the Machine.

Y ante esta afirmación , dolorosamente lógica, digo yo: La solución a un mundo equilibrado no estará en cada uno de nosotros...y nunca en un gobierno que nos tenga que imponer hasta donde llegamos....¿o no?

Este conjunto de gráficas son una muestra empírica de que a medida que, en lugar de mantenernos (mediante una economía de servicios de mantenimiento) avanzamos nos destruimos. Aumenta el nivel de productividad y de beneficios al mismo tiempo que bajan salarios y el PIB global del planeta. Parece por tanto que la "perogrullada" que repito en todos los artículos de que "a medida que avanzamos nos destruimos"no es ningún cuento, no es una afirmación sin fundamento sino que realmente esta sucediendo y toca a esta generación decidir que hacer.



Quizás ante esta realidad ahora nos replanteemos nuestras "ansias de estatus" desde un pobre desempleado hasta los primeros en la responsabilidad de dar el paso y el ejemplo, es decir, los grandes magnates del mercado financiero. Fundamentos que no pueden ser mejor explicados que con este vídeo, que a pesar de mantener un tono cómico-crítico, oculta una realidad económica y social cada vez más preocupante.



Para una visión global de la situación mundial les recomiendo este vídeo que deja claro cómo nos hemos metido en un círculo vicioso de avances que atenta contra nuestra felicidad y contra un futuro estable.Si queremos cambiar la cruda realidad yo opino que la que única solución pasa porque todos y cada uno de los ciudadanos de a pie entiendan la situación, para así poder poner en marcha los valores que motivan las acciones que nos pueden sacar de este túnel sin salida.Empiecen por ver este vídeo que seguro que les hace reflexionar.





.....FIN DEL JUEGO....





Usted es insostenible





Jesús García Muñoz