La sociedad cada vez cambia a un ritmo más acelerado. Las
nuevas tecnologías, la sociedad de la
información (S.I.), el hecho de que las personas gracias a internet
dispongan de toda la información que deseen cuando deseen. Ello está llevando
la cultura a un punto de inflexión en el que importa menos tener información a
saber cómo utilizar dicha
información. Esta tendencia se está incorporando desde los pilares de nuestra
sociedad, la educación, hasta las enseñanzas superiores y la incorporación al
mundo laboral.
Preparación para el
mundo laboral:
De esta manera ahora se busca una preparación lejos de la
que hasta hace poco se practicaba. Las clases de “teoría” en los colegios y las
clases “magistrales” en la universidad cada vez tienen menos cabida en la que
los psicólogos y sociólogos denominan Sociedad
de la información. Ahora se enseñará a saber manejar toda esa información
disponible en la red. Se enseñará a cada persona a descubrir sus intereses y
sobre todo, a saber crear cosas nuevas con dicha información. Los grandes
avances de las últimas décadas nos han hecho pasar de una sociedad basada en la
producción masiva de objetos a una sociedad de servicios y de información.
Por tanto el motor son las ideas y la creatividad.
Estas se antojan indicadores directos de productividad, éxito y rendimiento. La
creatividad junto con otras dos capacidades; la capacidad de trabajo en equipo y la adaptación al cambio. ¿Porqué estas
capacidades? Porque también se habla de la sociedad
del aprendizaje continúo. Múltiples estudios al respecto abalan que la
productividad de cualquier proyecto se multiplica cuando este es llevado por
grupos grandes, desde puntos de vista o campos intelectuales distintos y no de
manera individual o intraprofesional. Es esta la causa de iniciativas tales
como el recriminado (por cuestiones económicas en especial) plan Bolonia que
busca impulsar las capacidades de trabajo en equipo.
Nos encontramos a las puertas de un nuevo mundo empresarial
en el que prima el conocimiento compartido y en dicha visión del trabajo
primarán las colaboraciones entre empresas de distinta índole, países e
intereses, dónde la capacidad para llegar a acuerdos fructíferos es vital y
dónde los trabajadores y los altos cargos se verán forzados a cambiar su punto de vista constantemente para
entender la postura del colaborador. Ahí es dónde entre la capacidad de cambio, el aprender
cosas nuevas constantemente y una última que no he nombrado hasta ahora, la
capacidad de gestionar el propio aprendizaje, o el denominado, en psicología, “metaprendizaje”…porque la sociedad que
nos espera es de todo menos estática. De ahí que se busque ampliar la formación
básica con un año más de bachillerato. Para cursar más asignaturas optativas
con las que el alumno se identifique
antes de equivocarse de carrera y acabar tirando dinero público.
Ya no se buscan profesionales en una rama. Ya no existen los
especialistas, ya no existen ahora que buena parte del mundo tiene acceso a una
documentación impensable hace pocas décadas, y sigue evolucionando. En la era
de la información se buscan trabajadores con capacidad de fusionar fuerzas
diversas, aunar conocimientos, crear espacios compartidos e innovar.
La raíz del fracaso
escolar español
Se sabe que le educación finlandesa es la que presenta un
mayor rendimiento escolar con apenas un 1% de fracaso escolar. Él cual
contrasta con el 28 % español. Y justo hasta este preciso momento no se les ha
ocurrido a los profesionales de la psicopedagogía hacer un estudio
observacional y exhaustivo sobre qué
es lo que funciona tan bien allí y que se ignora aquí. Se presumen varios
factores relevantes y “macrosistémicos”,
es decir, que las escuelas funcionen bien no depende de las propias escuelas
sino de toda la sociedad en su conjunto.
Los españoles no somos ni más listos ni más tontos que
nadie. Las influencias de toda una cultura son variables a tener en cuenta en
el proceso educativo de niños, adolescentes y jóvenes. Tampoco los profesores
son los culpables de nuestra fracaso escolar, es más, probablemente la causa
sea un motivo subyacente “ideológico” o de “valores”.
¿Han visto la nueva campaña de publicidad de concienciación
educativa? ¿Aquella en la que aparece el prestigioso humorista José Mota como
referente rodeado de niños? El anuncio podrán verlo en postes publicitarios de
marquesinas de autobús o en el anuncio por televisión. En dicho anuncio se
intenta transmitir una palabra en especial, detrás de la cual se presume que
habita el fracaso educativo. Se trata de la palabra reto.
Y es que muy probablemente ese es el problema de fondo. El
niño, y en especial el adolescente español no perciben la escuela como una
prueba de su valía o como un medio para conocerse a sí mismo y sus capacidades,
sino como algo tedioso e improductivo. No conseguimos nada diciéndoles “hay que
estudiar qué sino, no serás nadie en el futuro”. Hay que decirles “si estudias
quizás llegues alto, quizás seas mediocre o quizás no llegues a nada, pero si
no estudias lo peor no será que descartarás las dos primeras opciones, sino que
siempre vivirás con la duda de si realmente valías para algo y no te habrás
conocido a ti mismo”. Porque al final el único mediocre es el que no ha sabido
encontrar aquello que realmente le gusta hacer.
Todo esto se engloba en conceptos de psicología educativa
actuales como “Identidad personal e Identidad Académica”. La tendencia
actual no es solo guiar al alumno por
métodos docentes más prácticos y
aplicados para que este pueda verse reflejado en lo que académicamente le
atrae (identidad académica) sino también, y casi más importante una identidad personal, dónde el equilibrio emocional juega un papel
importantísimo en edades tan complicadas, dónde además, significan el momento
clave en el cual la persona construye la
mayor parte de la que será su identidad en el futuro, su autoestima, su
autoconcepto…En definitiva se busca que el alumno desde edades tempranas
aprenda a conocer sus puntos fuertes y sus puntos débiles para resucitar su motivación por estudiar.
Así, volviendo a los factores “macrosistémicos” que hacen del sistema educativo finlandés el
mejor de la Unión Europea, podemos destacar un sistema productivo, sin
diferencias sociales, con conciencia social y la motivación intrínseca (que el hecho de aprender sea lo que motive y no el resultado de un examen). Además
es de destacar que su sistema educativo es el que menos horas lectivas imparte
según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
Un plan inviable:
Esto son los hechos, ahora yo les invito a plantearse
algunas preguntas en torno a ciertos datos, en torno a la educación superior y,
en especial al momento que atraviesan las universidades de España.
Al igual que se sabe lo bien que funciona la educación en
Finlandia, también se sabe que el “revolucionario” plan Bolonia está fracasando
en otras partes de Europa. No voy a entrar en los fundamentos económicos del
plan que en este mismo instante levantan ampollas, solo diré desde un plano más
psicopedagógico que los objetivos puramente educativos que se tenían no se
están cumpliendo.
El plan prometía una “excelencia educativa” que no se ha
producido. Y que todos veíamos difícil que se diera desde el primer curso. El
equilibrio entre “calidad” (una buena trasmisión de conocimientos al
alumno) y “equidad” (a todos los alumnos
de distintas clases sociales, umbrales de renta, etc) ha sido, obviamente,
imposible. No se puede pretender dar clases prácticas a grupos grandes de alumnos
porque no servirían de nada. Los alumnos necesitan un espacio menor en el que
debatir entre si y exponer sus ideas dando rienda suelta a su creatividad,
capacidad de decisión y otras capacidades fundamentales para el mundo laboral.
Se optó, por tanto, por hacer desdobles de aulas que, por
restricciones especio-temporales (suficientes aulas, suficientes ordenadores
portátiles, suficientes mesas, suficientes horas en el día…suficiente dinero),
se hacían y se hacen lógicamente inviables.
El primer curso del plan Bolonia está a punto de finalizar
este año el grado y con él, el sufrido experimento al que toda esta promoción
de estudiantes ha sido sometida. Hemos tenido que soportar (y que seguiremos
soportando durante este curso) los lógicos errores y las contantes
modificaciones del plan de estudios, procesos de evaluación y calificación, la
desordenada gestión docente, etc… sin más víctimas que la merma en nuestros
propios expedientes.
Un plan educativo así es muy idílico, pero poco realista. La
realidad es que no hay dinero. O hay dinero solamente para lo que interesa. La
verdadera realidad es que hacen falta más profesores por alumno para impartir
clases en las que se hagan subgrupos e
interacciones complejas entre alumnos que requieren un feedback oportuno imposible de llevar por un solo profesor, o mejor
dicho, por un solo sueldo.
Los profesores no dejan de ser una víctima más de este plan
Bolonia muy bonito por fuera, pero con goteras por dentro. El gobierno como
acabamos de ver con la subida de tasas a optado por la decisión que se hacía
esperar. ”No podemos (o queremos) pagar a más profesores por alumnos pero si
podemos poner a menos alumnos por profesor”. Al final el plan Bolonia ha
acabado siendo lo que ya sabíamos y que las altas esferas se empeñaban en
desmentir. “Una educación de élites”. Muchos profesores universitarios
concienciados ya salen ellos mimos a las huelgas percatados de que un máster
publico de 6000 € no se corresponde con la calidad educativa que se podrá
impartir e incluso animan a sus propios alumnos a “huir” a cursar dichos
másteres en comunidades en las que la subida de tasas ha sido menor, véase la
Comunidad Valenciana.
La letra pequeña del
plan Bolonia. Una visión más antropológica.
Pero lo peor, desde mi punto de vista, no son todas estas
repercusiones económicas. Estas solo son daños colaterales de la que puede ser
solo la punta de un enorme iceberg.
Lo peor es que en torno al plan Bolonia, cuando se inició ya
se hablaba de “rankings de universidades” y de “campus de excelencia”. Se
hablaba de futuros aumentos de tasas y de la necesidad de obtener altas
calificaciones constantemente. Hablamos de un plan que presume enseñar a los
alumnos a trabajar en equipo para acabar compitiendo con tus propios compañeros
por una beca o unos recursos escasos ¿Esto es innovador?
Es un plan que no aspira a enseñarnos a cooperar sino que
aspirar a enseñarnos técnicas, actitudes y aptitudes para la vida empresarial.
Esto puedo conseguirlo en algunos alumnos más o en otros menos. Pero que no nos
vendan una mentira, y mucho menos nos la creamos.
Muchos problemas que acarrea la sociedad actual provienen de
la excesiva competición entre las personas, ya sea en la esfera educativa cómo
en la laboral. Esto debido a una ideología “socioeconómica” actual dónde prima
el individualismo y la competición por encima del resto de valores morales.
Un dato que apoya esta afirmación es que cada vez hay menos trabajadores
sindicados en las sociedades occidentales, los estudios arrojan un 2% de
sindicalismo frente al 16% de los años 90 y más lejos aún de la época de la
transición.
En las universidades y en las escuelas el asociacionismo y
los órganos de representación estudiantiles están en vías de extinción y los
que quedan apenas tienen un peso real o una confianza por parte del órgano de
gobierno universitario.
En definitiva, si ya se habla de crisis de valores
prepárense a unas pocas generaciones adelante, dónde la juventud habrá tenido
que asimilar a la fuerza de “aprueba o
revienta” unos valores individualistas y competitivos antes otros más
colectivos y comunitarios.
Y si esto les parece duro, aún hay más, porque cómo
describía al inicio de este artículo,
“estamos en la sociedad del aprendizaje
continuo” dónde los trabajadores tendrán que “aprender a aprender”, aprender
a gestionarse a sí mismos y esta
espiral de competitividad y rendimiento perfecto no se acaba en la universidad
sino que ahí solo ha empezado.
Eso de gestionar el propio conocimiento, hace capaz de todo
hasta aquel con menos aptitudes, que no actitudes. Eso de dotar a la persona de
las herramientas necesarias para alcanzar casi cualquier meta que se presuponga
(sea laboral, académica…) puede que no sea un criterio social tan bondadoso
como parece a primera instancia.
Ojo, no estoy diciendo que no haya que enseñar a las personas a conocerse a sí mismas, estoy insinuando que los estudios corroboran que el dinero no da la felicidad y esta depende más de las relaciones interpersonales que de él nivel de renta.
Ojo, no estoy diciendo que no haya que enseñar a las personas a conocerse a sí mismas, estoy insinuando que los estudios corroboran que el dinero no da la felicidad y esta depende más de las relaciones interpersonales que de él nivel de renta.
“El dinero es equivalente
a la felicidad cuando uno vive por debajo del nivel de supervivencia, pero por
encima de este nivel no está probado en absoluto que existe una relación
directa entre niveles de renta y felicidad” Eduard Punset.
“La felicidad tiene que ver con el compromiso, con la dedicación y con la concentración de todos los sentidos en una tarea concreta que sea del agrado de la persona”. Eduard Punset.
Esta nueva ideología de “aprender a aprender” sería algo así
como crear autónomos de nuestro propio conocimiento. Y ya sabemos que se suele
decirse de los autónomos “hay quienes lo llevan muy bien, pero también existe
el “estereotipo” (y los estereotipos son estadísticamente ciertos) de que
“nunca se permiten unas vacaciones”. Ya preveo huelgas a la japonesa en España.
Quizás España sea el ombligo de Europa. Quizás España sea un
desastre de pies a cabeza, pero de lo que nunca me dejaré de alegrar es de que
seamos nosotros los que vamos a “trabajar” en invierno a sus “lares” mientras
ellos vienen a “disfrutar” en verano a los nuestros. Al fin y al cabo la única
pregunta que cabe plantearse es ¿qué entiende usted por calidad de vida?
Internet y la comunicación
El hombre busca la comunicación, el hombre busca comunicarse, pero cada vez va a ser mas difícil la comunicación porque todo el mundo va a estar comunicándose.
Jesús García Muñoz
Fuente:
http://www.ritmosxxi.com/creatividad-raiz-fracaso-escolar-espanol-7674.htm
*Índices de criminalidad en Europa: EuroStat 2006-2007
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