El complejo de
Edipo en Dalí, la esquizofrenia de Van Gogh, la homosexualidad de Leonardo da
Vinci, la ansiedad y alucinaciones de Edvard Munch, la bipolaridad de Beethoven
o las tendencias agresivas y autodestructivas de Kurt Cobain se reflejan en
muchas de sus obras de artes musicales o pictóricas que esconden mucho más de
lo que parece a simple vista. ¿Será en sus problemas más íntimos dónde esté el
verdadero secreto de su éxito de masas?
Vincent Van Gogh (1853 - 1890)
Van Gogh sufría
de convulsiones epilépticas derivadas de una lesión cerebral de nacimiento. Las
altas cantidades de alcohol (especialmente ajenjo) que consumía agravaban los
síntomas. Se cree que esas toxinas influían en sus visiones y alucinaciones propias
de la esquizofrenia y en que el color
amarillo fuera primordial en sus obras. También se cree que el pintor
holandés pudo presentar un trastorno
bipolar alternando periodos de depresivos (excesiva desgana y abatimiento)
y maniacos (excesiva impulsividad, energía y entusiasmo).Puede que en uno de
esos periodos maniacos hubiese
tenido la suficiente energía y motivación como para cortarse su oreja. Mientras que sería un período de profunda depresión lo que le llevaría a
suicidarse a los 37 años.
También la
bipolaridad está presente en el estilo musical del controvertido compositor Alemán.
Los expertos afirman que los súbitos y repentinos cambios en sus composiciones
están directamente relacionados con sus constantes cambios en su estado de ánimo.
Andy Warhool (1928-1987)
Se dice que el padre del arte Pop, A. Warhool, padecía de autismo, el cual podría tener su reflejo en sus conocidas
obras de la lata de sopa o retratos de Marilyn Monroe dónde predominan unas repeticiones y
una uniformidad compulsivas propios del autismo. Estas repeticiones visuales
aportan una estabilidad, constancia y simetría estimular visual que agradecen
las personas con síntomas autistas caracterizados por no poder filtrar toda la estimulación que recibe nuestro cerebro. De la misma
forma que un niño autista se balancea pegado a una esquina con los oídos
tapados, se podría hipotetizar que Warhool conseguía calmar sus, no tan
exacerbados síntomas, con esta clase de representaciones pictóricas.
Edvard Munch (1863-1944)
El autor noruego
de la popular obra de “el grito” padecía de una ansiedad
que le provocaba alucinaciones.
No obstante se negó a pasar por un tratamiento
psiquiátrico por temor a perder sus virtudes creativas.
“Mis problemas son partes de mí y de mi
arte. Son indistinguibles de mí, y el tratamiento destruiría mi arte. Quiero
mantener esos sufrimientos.”(Edvard Munch)
Pablo Picasso (1881-1973)
La psicoanalista
Alice Miller que analizaría el Gernika del artista español
descubrió un trauma de Picasso en su infancia cuando a los 3 años vivió un terremoto que provocó el nacimiento prematuro de su hermana.
Leonardo da Vinci (1452-1519)
Sigmund
Freud, en su obra, Un recuerdo infantil
de Leonardo da Vinci, explica cómo el artista revela su homosexualidad en el tema de “el buitre”. En el cuadro se aprecia
cómo el buitre abre con su cola la boca el bebé Leonardo, lo que sugiere un fantasma de felación. La investigación
de Freud no se quedaba en una simple interpretación de un cuadro; recurrió a
diversas fuentes autobiográficas de Leonardo, a una reconstrucción minuciosa de
su vida emocional de los primeros años y a otra descripción de los conflictos
entre sus impulsos artísticos y científicos.
En
este sentido la sonrisa de la Mona Lisa supone una réplica de la
sonrisa materna, los conflictos de los cuerpos de Santa Ana y de la Virgen en “Santa Ana” representan las figuras
maternas de su vida: madre, joven suegra, abuela paterna, cuadro en el que
según el teólogo y psicólogo Pfister, citado con precaución por Freud, esconde
en torno al vestido de la Virgen una
“imagen –acertijo” inconsciente que
simboliza un buitre con el extremo de la cola dirigido hacia la boca del Niño
Jesús. Por no hablar de su controvertida “Última
Cena” que ha planteado preguntas que aún siguen abiertas.
¿Qué hace un
amenazante cuchillo en la zona izquierda de la mesa y quien lo empuña? ¿Por qué
el segundo apóstol por la izquierda es idéntico a Jesús incluso en el atuendo?
¿Alude esto a la creencia de que Jesús tenía un hermano gemelo?
¿Quién es
realmente el personaje a la izquierda de Jesús? ¿No es demasiado femenino para
ser un apóstol?, ¿Tal vez se trate de María
Magdalena (como se apunta en “el código da Vinci”)?
¿O representa el “símbolo femenino” cómo su objeto de apego y afecto
natural que le fue negado? ¿Tiene esto que ver con que la figura esté como
“separada” de Jesús (este último, con quien Leonardo se identificaría)?
Leonardo
en su particular “última cena” cambió
la posición de Jesucristo, el que a priori-según las escrituras- estaba de perfil hablando con Juan, y lo sitúa en el centro, hacia el que convergen todas las líneas de fuga, destacando aún más al
perfilarse contra el ventanal del centro, separándolo de los apóstoles.
Mientras en el Evangelio de Juan (justo el evangelio en el que da Vinci se basó para su cuadro de la cena), se hacen
diversas menciones a un discípulo a quien Jesús amaba, sin desvelar nunca su
verdadero nombre. Para más coincidencias este supuesto “Juan” que da Vinci
dibuja afeminado y separado destacadamente de él, en realidad-en el evangelio que inspiro la obra- se encontraba recostado
sobre el pecho de Jesús.
Salvador Dalí (1904-1989)
Dalí revela que
la mayoría de los elementos representados en sus cuadros se originan en sus
memorias de infancia o en sus fantasías,
a las que, como un paciente de psicoanálisis, vuelve una y otra vez, tanto en su obra plástica como en la literaria.
Además, las obras dalinianas representan extensas interpretaciones a la luz de
los estadios freudianos de desarrollo
psicosexual, las fijaciones y
los complejos.
Kurt Cobain (1967-1994)
El
propio Kurt confesaba que en muchas de sus representaciones, debido a los
efectos de las drogas y el alcohol,
se golpeaban entre los integrantes del grupo con los instrumentos musicales, lo
que muchas veces lo llevó a terminar ensangrentado
sus conciertos.
Lo cierto es que
el gran cantante, compositor y guitarrista de la preponderante banda Nirvana
presentaba una dependencia de opiáceos en toda regla. Necesitaba del consumo de
alcohol y heroína para sus actividades sociales. A esto se le sumaban ciertos
trastornos del estado de ánimo .Presentaba problemas del sueño, pensamientos
recurrentes de muerte, sentimientos
excesivos de culpa, implicaciones
excesivas en actividades placenteras
que podían producir consecuencias graves, no sólo para Kurt, sino que también
para toda su banda al momento de agredirse en las actuaciones.
¿Locos o
genios?
Esta recopilación
de artistas es solo una pequeña muestra de la unidad entre la genialidad y la
locura. La cuestión es ¿por qué?
Decir que las
investigaciones científicas al respecto no han encontrado una relación concluyente entre “genio y locura”.
Es necesario que confluyan multitud de otros
factores, como cierta capacidad intelectual, de compromiso o una locura no incapacitante
para las funciones creativas. Aún así las artes creativas (poetas, escritores,
músicos…) presentan 2-3 veces más psicopatologías que otros profesionales
(científicos, políticos, militares, hombres de negocios…): trastornos
afectivos, suicidio, toxicomanías, psicosis y trastornos de ansiedad. Existe una
estrecha relación entre trastornos afectivos bipolares y la creatividad en
escritores. Sin embargo puede que la esquizofrenia en ocasiones inhiba la
creatividad.
Los principales predictores
de la creatividad son haber sufrido de enfermedad mental, abuso
físico/sexual en la infancia, enfermedad mental en las madres y la propia
creatividad en ambos padres.
El mito del genio Loco
Estos “locos” se
caracterizan por un rendimiento realmente elevado. Los síntomas característicos
de la hipomanía aumentan la cantidad de pensamiento, la formación de ideas y asociaciones únicas, el pensamiento
original (o pensamiento divergente), e incrementan la productividad.
Se debate si
realmente un tratamiento supone una pérdida de la creatividad y lo cierto es
que no es realmente así. El tratamiento
puede estimular aún más la creatividad del artista, lo que si tiene lugar es
un miedo subjetivo de la persona a perder su “alma creativa”.
“Idealmente tal caos en aquellos capaces de
controlarlo puede ser útil para la creatividad artística”. “Para estos casos
buscar un tratamiento supone romper un contrato social implícito y el temor a ser
más estable y menos sensible” (Poetas y lunáticos: Revisando el mito del
"genio loco")
“La psicoterapia es un proceso creativo en
sí mismo que estimula la creatividad” (Rothenberg, 1990)
También hay que
tener en cuenta que la sociedad por medio de la “estigmatización” trata a los artistas lo suficientemente mal como
para disolver al más fuerte de los individuos. Para afrontarlo, el artista debe
ser realmente más estable emocionalmente
que la mayoría. En este sentido un artista es una persona con hábitos más
saludables de lo que se piensa.
“El
artista es un hombre colectivo, un vehículo y moldeador de la vida psíquica
inconsciente de la Humanidad. Ese es su oficio, y a veces es una carga tan
intensa que está condenado a sacrificar su felicidad y todo lo que merece la
pena para el hombre común.” (C. G. Jung. Psiquiatra, psicólogo y
ensayista Suizo)
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