martes, 9 de octubre de 2012

La Devaluación de la “Marca España”


¿Por qué a los españoles nos cuesta comprar productos nacionales? ¿Por qué preferimos marcas extranjeras de bienes o servicios? ¿Por qué incluso, “Zara” una de las marcas más importantes del IBEX 35 y para la economía española, para vender más, oculta sus orígenes en el extranjero? ¿Qué le pasa a la marca España? ¿Por qué está deteriorada?


La España imperial de Carlos V que conocíamos ya solo está en los libros de historia. En nuestras mentes resuena más bien que los españoles tenemos fama de abiertos y divertidos…pero también fama de vagos. Somos, con perdón, la Andalucía de Europa. En nuestras mentes no figuran palabras de control,  poder o eficacia, sino más bien de subordinación, rescates económicos e ineficacia política. ¿Qué tiene que ver esto con marcas de productos españoles? Mucho no, tiene que ver todo.

Dentro de la psicología social o cognición social se estudia y registra las estadísticas y fluctuaciones de “las formas de pensar” de los grupos sociales, las cuales varían según las múltiples circunstancias que los atañen. Esto no es irrelevante, estos fundamentos teóricos son las bases sobre las que se establecen los criterios de los “estudios de mercado” empleados en marketing empresarial para promocionar sus productos. Muy de moda actualmente por su eficacia. ¿No se han percatado que cada vez los anuncios y spots son más inteligentes? ¿No les resultan más atractivos y sugerentes que hace unas décadas? La psicología y el marketing tienen mucha culpa.

A través de encuestas, de elaborados trabajos de campo, estudios cualitativos y cuantitativos se descubren los valores, tendencias, gustos, hábitos de las personas para que más adelante la empresa decida, por ejemplo, hacer una “segmentación del mercado” que no es otra cosa que dirigir un producto (y su campaña publicitaria) hacia un grupo determinado de personas con unos determinados valores, caracteres, hábitos, etc.

Pues bien, los españoles según estos estudios no nos valoramos demasiado. Es decir preponderamos los valores, hábitos y rasgos que más o menos inconscientemente percibimos de otras naciones, pero no los de la nuestra.

El mejor reflejo de este hecho, es el grupo textil Inditex, que con Zara a la cabeza es de las empresas españolas que mas cotizan en bolsa, suponiendo un pilar fundamental para el IBEX 35. Pero, ¿cuál es el secreto del éxito de Zara y el resto de las marcas de Inditex? La respuesta está, según algunos expertos, en la «democratización de la moda», es decir, en la fabricación de prendas de diseño a precios asequibles.

Pero otra de sus estrategias estrella tiene que ver con la forma de focalizar su publicidad. Fuera de España no desvela su origen y dentro de España ni si quiera se da a conocer en comparación con el resto de marcas. Díganme el último anuncio televisivo de Zara. ¿A que no se le viene ninguno a la cabeza? No es por casualidad. Una diferencia muy importante de este grupo con respecto a otros del sector es su política de comunicación. Mientras que sus competidores diseñan campañas publicitarias millonarias, Inditex no invierte apenas en publicidad. Sus campañas son escasas y no cuentan con figuras famosas. Prefiere hacer su política de comunicación directamente en sus tiendas, mediante una cuidada atención a sus clientes.
Zara y sus directores de marketing saben muy bien que los españoles no nos queremos y que “si no te quieres tú nadie te va a querer”. Nosotros con nuestra propia actitud “autoestigmatoria” nos estamos metiendo cada vez más en una “profecía auto- cumplida” de las que la psicología clínica informa que contra  más te dices algo a ti mismo sobre tú persona, por irracional que sea, te lo acabas creyendo, y también los que están a tu alrededor. España se ha creído una panda de fracasados y esa es la imagen que damos. Envidiamos a otros países y nos enorgullecemos de su cultura más que de la nuestra. Que equivocados estamos. Que equivocados están.

Pero si uno de los principales iconos de “la marca España”, como es Zara, sigue esa estrategia de mercado y no se atreve a “remodelar los valores” dudo que nadie lo haga.

Nadie, excepto el deporte español. Curiosamente y en contraste con lo anterior, las marcas de clubes de futbol español como pueden ser “Real Madrid” y “Barcelona” disparan su número de ventas aquí, en Europa y en el más lejano oriente. Las ventas, no solo de camisetas, sino de  todo tipo de productos, desde menaje hasta tazas o calzoncillos. Y lo hacen sin ocultar su origen, por la sencilla razón  de que no hace falta comunicarles de dónde es el club porque ya han visto las increíbles exhibiciones del deporte del balón pie o el soccer (para otros seres superiores) que hacen los españolitos. Decir “español”, siempre que vaya con”deporte” delante es garantía de éxito.

Por si fuera poco la era de oro del deporte español, con especial atención a las conquistas de la selección española, han supuesto un incentivo más para subirnos el autoestima que habíamos olvidado. No solo no nos avergonzamos de ser españoles si es con una camiseta de la selección española puesta encima, sino que además es nuestro sueño salir de viaje al extranjero con ella puesta. ¿A caso ven hacer lo mismo con la misma frecuencia a los Rusos? ¿A caso ven a murcianos con más camisetas del Real Murcia C.F. que valencianos, madrileños o catalanes con las de sus respectivos equipos? ¿Me estoy alejando del tema? No. A esto se le llama concepto de identidad grupal o colectiva.

El ser humano necesita sentirse partícipe y formar parte de algo que le representa más allá de sus propios recursos individuales. Y que lo haga bien. Por eso vibran los hombres con cada partido de fútbol de la selección de este país. La misma razón por la que las empresas “se pegan”  por contratar a las “figuras de sus futbolistas y entrenadores en sus anuncios”.

La persona en el sillón de su casa frente al televisor inconscientemente asocia dichas figuras, con el éxito, el orgullo, el poder y el estatus…recuerda, por ejemplo, a Casillas levantando la copa…un estímulo cerebral a tocado la neurona encargada de guardar esa imagen en su memoria a largo plazo del lóbulo temporal, no llega a percibirlo, no se da cuenta, pero lo que ya se ha creado es esa sensación inmediata, pero efectiva, de gran autoestima y satisfacción que aunque en cuestión de segundos desaparecerá ya hemos asociado al “Danacol” que nos quiere vender Del Bosque, los “Chevrolet” que nos venden Puyol y compañía o  los neumáticos de revolucionario agarre que nos muestra “Casillas”. De esta manera, implícitamente, asociamos los productos con “algo bueno y deseable que nos incumbe” (también nosotros somos los deseables, “tú vales”), bien valorado y digno de nuestra atención. En el fondo todos somos unos egocéntricos en busca de aprecio exterior.

Sin embargo y por desgracia, el deporte es solo uno de los muchos aspectos de las personas y la propia crisis que estamos viviendo tiene mucho que ver en el menos precio hacia nuestra marca y que los demás también la menosprecien.

El prestigio de un país, es una de las variables más difíciles de recuperar. Ya que es un proceso de “categorización cognitiva” o “etiquetaje cognitivo” caracterizado por ser muy consistente en el tiempo y a las circunstancias. Y esto es así por la misma razón de que cada uno de ustedes no les gusta estar cambiando de personalidad cada día ¿saben por qué? Porque es lo adaptativo para vivir. Buscamos la estabilidad, aunque a veces con ella, perdamos autoestima. En medio del ojo del huracán, la marca España pierde enteros a marchas forzadas Según cálculos, el valor de la marca España se desplomó un 38% entre 2009 y 2011, pasando de valer 950.820 millones de euros a 592.000 millones de euros.

Dicho estudio establece un ranking que sirve como escaparate de la reputación y la imagen que tienen los inversores y consumidores extranjeros de un país. La trayectoria de España no puede ser peor. Hace tres años se situaba en la octava posición y ha caído estrepitosa y rápidamente a la decimotercera. Por la cuesta se ha dejado más de 358.000 millones de euros de valor de su prestigio.

Quizás va siendo hora de mirarnos en el espejo y dejar de ver los defectos, que sin duda  son muchos, para dar paso a las virtudes. “No perdamos el sur” y hagámoselo encontrar a los eficaces, “sosos”, solitarios y deprimidos del norte. No solo de pan vive el hombre.






Fuentes:

http://www.ritmosxxi.com/pasa-marca-espana-7799.htm


Jesús García Muñoz

No hay comentarios:

Publicar un comentario