domingo, 20 de octubre de 2013

¿Escribir a mano?…¿para qué?

¿Escribir a mano?…más improductivo, más lento ¿para qué?

Cada vez más, el teclado desplaza al bolígrafo y al papel en nuestro día a día. ¿Un avance o un retroceso? Según las investigaciones, manuscribir activa la creatividad y refuerza la memoria. Gabriele Paschek

Siempre me han mirado muy raro mis compañeros de universidad cuando saco el notebook más lento del mercado para consultar el programa de clases y, sin embargo, tomo notas a mano. Siempre lo he hecho así, que le voy a hacer, soy de ideas fijas, y además nunca se me ha dado del todo bien la mecanografía. Ni todo lo mecánico.

Lo cierto es que en estos últimos cuatro años he ido viendo como poco a poco, personas que ya de por sí tomaban apuntes a mano, allá por primero de carrera, ya han dejado de hacerlo y se han dejado llevar. Lo que en primero era un 10% de personas con portátiles de una clase de 70, hoy es un 90%. Lógicamente, en la nueva y tecnológica universidad es una desventaja no tener un dispositivo web y electrónico. Es de género tonto no adaptarse al entorno. Pero luego criticamos al gobierno por hacer inversiones innecesarias.

Pero no soy moralmente mejor que nadie por no usar un portátil, como he dicho, las principales razones de que siga sin usarlo es que soy un patoso escribiendo a ordenador y que como le dé mucho uso, y la obsolescencia programada haga su misión, no tengo dinero para otro. Lo han evitado dos cosas que hoy muchos que critican al gobierno, seguirían calificando como defectos de los que huir; “patosidad” y “problemas económicos”. Esas dos cosas son lo que me han empujado a que no haga inversiones. Ni si quiera sabia que aún no dejándome llevar por la mayoría, estaba realizando una inversión aún mayor.

Los hechos

Un estudio de la Universidad de Florida Central separaron, en 2009, a una muestra de sujetos en dos grupos. Entregaron al primero una lista de palabras que debían copiar a mano. El segundo tecleó la misma lista en el ordenador. Los participantes que habían anotado a mano la relación de vocablos, los recordaban mejor. Según los investigadores, el mayor esfuerzo motor condujo a unos enlaces más complejos y estables en la memoria.


Otro estudio de la Universidad de Washington en Seattle propuso dos ejercicios a más de 200 niños de segundo, cuarto y sexto de primaria.

Los niños debían escribir dos redacciones, una a mano, que debía versar sobre ordenadores; otra con el teclado y que tratase sobre robots. El resultado fue que todos los niños obtuvieron mejor resultado si escribían a mano. Tuvieron más rapidez en la elaboración de sus redacciones, y parece ser que el bolígrafo y el papel les animaron a construir frases más complejas y textos más largos.

La escritura, por tanto, no  es solamente la mejor vía para transformar el pensamiento en palabras legibles, también favorece la memoria. Todos lo hemos vivido. Sin ir más lejos, cuando al hacer la lista de la compra, recuerdas con mayor facilidad lo que debes meter al carro. Ya en la tienda, a veces, ni hace falta mirarla o tachar los productos uno a uno, porque por el mero hecho de escribirla nos hemos aprendido los productos que necesitamos. Otros ejemplos populares son las anotaciones en la agenda diaria, o las chuletas, que si bien, hubiésemos hecho a ordenador esta última, hasta nos haría falta sacar la chuleta en el examen.

El debate

En EEUU y Alemania se empiezan a asentar con fuerza proyectos educativos en los que los alumnos desde edades bien tempranas aprenden el alfabeto tal y como aparece en los periódicos o en el monitor de un ordenador: letras de imprenta separadas y sin florituras (ni personalidad propia).

Según los defensores de este proyecto, este tipo de enseñanza facilita a los niños el aprendizaje de la escritura y mejora la legibilidad de su caligrafía. No obstante aparece el inconveniente de descifrar los jeroglíficos de los profesores en la pizarra, aún a mano y a la espera de más inversión en pizarras electrónicas.


Si se acabase con la caligrafía de una vez por todas, ¿nos encontraríamos con el fin de la escritura a mano? Según estudios, esto podría resultar inconveniente, al parecer manuscribir los pensamientos beneficia corporal y mentalmente.



[…] ¿Recuerda el lector cuándo fue la última vez que estuvo un día entero sin usar el teclado? Sencillamente, ya no puede pasarse sin él. Pero tampoco debe ser esa la realidad. El ordenador nos facilita en gran medida el día a día, sin embargo, manuscribir estimula las ideas. Si Goethe y Schiller hubieran tecleado en lugar de inmortalizar sus obras a mano, quizás El rey de los elfos y Guillermo Tell nunca habrían visto la luz. Gabriele Paschek



Jesús García Muñoz

Fuentes:


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