El pensamiento crítico es la capacidad para
reflexionar antes de actuar, hablar o tomar una decisión, para, más adelante,
darle la vuelta a la situación, poder llegar a
una conclusión y, entonces si actuar, hablar, defender los propios
argumentos sin menospreciar los contrarios, pero sin dejarse influenciar por
ellos, pudiendo llegar a persuadir de un aspecto distinto del pensamiento que
estamos evaluando.
Para poder ejecutar el juicio crítico es necesario
comprometerse con una postura personal, acorde con los propios valores.
El pensamiento crítico es racional, analiza y evalúa las alternativas y variables, y permite resolver de la mejor manera los
problemas; y si no los puede resolver, nos ayuda a aprender a vivir con ellos.
Busca la salida más factible.
Hoy en día, con la globalización,
internet, los foros, los chats… las
discusiones grupales afloran. La realidad nos ofrece múltiples alternativas de
acción, por lo que nuestra capacidad de pensamiento crítico puede verse
influenciado por el juicio de los demás, por la publicidad, por la conveniencia, por la apariencia
o por dinero. Pero si actuamos con serenidad,
aceptando otras perspectivas con la suficiente apertura mental, cada desafío puede ser una oportunidad de crecimiento.
La presión grupal, mal
consejera
El pensamiento crítico nos da la
oportunidad de ser nosotros mismos y desplegar nuestra individualidad en
plena
libertad sin dejarnos vencer por las opiniones adversas.
Pero ojo, todos tenemos prejuicios y
creencias irracionales que nos
pueden conducir a conflictos a pequeña escala o a desastres sociales, pero
si tomamos conciencia de esos prejuicios
podremos ejercer nuestro juicio crítico con mayor convencimiento y confianza.
Para poder confiar en nuestro
pensamiento crítico tenemos que despojarnos de todos nuestros prejuicios y
creencias irracionales y evaluar cada situación como si fuera nueva y única,
evitando conductas automáticas y apresuradas, teniendo en cuenta los propios
valores y contando con la información adecuada, la propia experiencia y la de
los demás (Melena , 2012)
Todo lo que sucede a nuestro
alrededor se puede evaluar de maneras distintas y cada uno tiene su propia
perspectiva. El pensamiento crítico exige
ampliar la perspectiva para encontrar
nuevas soluciones para los nuevos problemas.
Según estudios de Psicología Social está comprobado que
aunque la solución de un problema que impone la mayoría sea irracional,
individualmente las personas pueden dejarse
llevar por la presión del grupo y cambiar su forma pensar. Este fenómeno es
utilizado como una herramienta de
manipulación en distintas áreas de la sociedad, ya sea en los negocios, las ventas, la política o la
publicidad. No obstante, la
familia también es un grupo, es el grupo primario y puede influenciar aún
más con sus prejuicios y sus creencias a sus descendientes.
La rebelión frente a los valores de los
padres se produce en la adolescencia, etapa del desarrollo en que se produce la
búsqueda de la identidad y del sí mismo, pero no muchos lo logran, algunos
tienen su crisis de identidad a los cuarenta; son los que abandonan a sus
esposas e hijos y se enamoran de chicas veinte años menor; o aquellos que se
comportan como adolescentes o se visten como ellos siendo ya maduros. (Melena,
2012)
Las crisis, oportunidades personales y globales, para crecer
No cualquiera se da el lujo de
tener una crisis de identidad y hacer valer su derecho a pensar por sí mismo y
elegir una forma de ver el mundo coherente con sus propios valores.
Esto no quiere decir un
llamamiento a hacer o pensar todo lo
contrario de lo que hace o piensa la familia, sino emplear la posibilidad de poner a prueba la perspectiva de sus
mayores, analizando racionalmente ese punto de vista y elegir lo que considere
mejor para el propio bienestar y desarrollo en su propia época.
Se trata de no quedarse en el
negativismo de pensar que todo está mal, ya que gracias a las generaciones
anteriores existimos, sino de aceptar los
valores permanentes, que son los que no cambian y rever los relativos a las circunstancias presentes. No olvidar que
para ejercer el juicio crítico es indispensable disponer de la información
adecuada sobre el tema, ya que no se puede emitir una opinión de algo que uno
no sabe; y de haber aprendido de las experiencias propias y ajenas. (Malena,
2013)
La corriente psicológica defensora del perspectivismo vive su edad de oro, es
el momento de la historia en el que más puntos de vista se están confrontando.
Y esto es muy positivo si partimos desde la premisa de que cada uno ve la
realidad desde su propia experiencia y necesita
de la experiencia o perspectiva de los otros para complementarla. Por
tanto, el momento en el que vivimos, es una oportunidad inigualable para
comprender, entre todos, la realidad y
la verdad de la vida como nunca antes hayamos podido hacerlo.
Jesús García Muñoz
Fuentes:
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