martes, 28 de agosto de 2012

Expertos advierten de que el 33% de los conductores sufre Amaxofobia o “miedo o ansiedad a conducir”.


Expertos advierten de que el 33% de los conductores sufre Amaxofobia o “miedo o ansiedad a conducir”. Las mujeres, de entre 30 a 40 años, son las principales afectadas por este trastorno.



Según recientes estudios, cerca de un 33% de las personas que conducen sienten miedo y ansiedad al hacerlo, aunque de una manera más o menos controlada. A este trastorno se le conoce como Amaxofobia, término proveniente del latín “amaxo”= carruaje y “fobia”= miedo. Este porcentaje, según explica Ildefonso Muñoz, Director de la Unidad de Psicología del Centro Médico USP Fuengirola, llega a alcanzar el 54% cuando nos referimos a los conductores que padecen algún signo de ansiedad, en diferentes grados, cuando se sientan delante del volante. “Afortunadamente solo un 4% de los conductores desarrollan un miedo tan incapacitante que les impide coger un coche”, apunta el experto.

La amaxofobia afecta más a las mujeres que a los hombres en una proporción de 2 a 1, el 64% de los afectados son mujeres frente a un 36% en el caso de los hombres. Por lo que respecta a la edad, el mayor porcentaje de afectados se da entre mujeres de entre 30 y 40 años. “Este dato puede responder al hecho de que las mujeres conducen con una mayor prudencia, están más alertas y esto les genera ansiedad. Sobre todo cuando llevan niños o personas a su cargo en el vehículo o cuando por circunstancias previas tienen una mayor predisposición a la ansiedad (circunstancias familiares, personales, laborales, etc.). En cambio, los hombres tienden a padecerla más cuando han ingerido alcohol o cuando están bajo tensión psicológica”, continúa Ildefonso Muñoz.

Por lo que respecta a los factores externos que influyen en el miedo a conducir, el experto señala los siguientes:

- Mala climatología

- Densidad del tráfico

- Nocturnidad

- Poco o nulo conocimiento de la vía o carretera por la que se conduce

La sintomatología que presentan las personas aquejadas de amaxofobia puede resumirse en lo siguiente:

- Ansiedad e incluso angustia.

- Pesadillas anteriores e incluso posteriores al viaje.

- Sudor de manos.

- Temblores.

- Molestias estomacales.

- Visualización mental de accidentes.


“Las causas que originan dicho trastorno son muy variadas y dependen de cada caso aunque se pueden englobar en dos grandes bloques: como consecuencia de un estrés postraumático, es decir, tras haber presenciado o sufrido un accidente de tráfico; o que tengamos un trastorno de tipo ansioso anterior a la fobia, donde las manifestaciones físicas (palpitaciones, temblores, mareos, etc.) y psíquicas (nerviosismo, ideas negativas y catastróficas, etc.) se manifiestan mientras conducimos y hace que toda la tensión anterior”, explica Ildefonso Muñoz.
El Director de la Unidad de Psicología de Centro Médico USP Fuengirola, por otra parte, se refiere a la actual situación económica y laboral como causa del aumento de los trastornos de componente ansioso. “En líneas generales, podemos decir que hay un mayor número de personas estresadas, nerviosas y tensas, con unos niveles de angustia y pesimismos muy elevados lo que genera una sintomatología física muy parecida a la de los ataques de pánico que si se producen mientras conducimos, crean esta aversión a conducir. También determinados tipos de personalidades, como personas poco seguras de sí misma, con muchos miedos o con autoestima baja suelen ser más propensas a padecerlo”, apunta el experto.

Respecto al tratamiento, dependerá de la causa que ha provocado la amaxofobia y que lo está manteniendo. “Para combatir la amaxofobia, intentaremos eliminar toda esa ansiedad que presenta la persona y que puede llegar a incapacitarla para la conducción de una manera gradual y mediante aproximaciones programadas con el paciente. De igual forma, trabajaremos con el paciente para controlar todas las ideas negativas e irracionales que pueda tener sobre conducir y le convenceremos de que estar en el coche no es la causa de su sintomatología ansiosa. Se suelen realizar ejercicios de respiración, detención del pensamiento negativo e irracional y refuerzo positivo”, concluye Ildefonso Muñoz.


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